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“Los nombres y los vocablos” por Jesús Millán Muñoz

vocablosSe inventa o se descubre un nombre o vocablo o término para una realidad, natural o social o una conducta y, se produce un cambio de paradigma.

No siempre, pero si, demasiadas veces, como en la BibliaAbel tenía el poder, y, con él, todos los hombres de poner nombre a los animales.

Puede parecer una cosa sociohumana sin importancia, pero los nombres fijan, multitud de realidades humanas. Cierto es que no solo los nombres-vocablo-términos explican toda la forma de pensar y sentir y desear y hablar y actuar de los humanos, o, por el contrario, si no existen los vocablos no actúan o no piensan o no sienten o no desean… No es exactamente así. Pero si “alguien sujeto individual o colectivo o un ente ideológico”, inventa o descubre un nombre, parece que todo ha cambiado.

Existen en dos cadenas generalistas, cada noche, desde hace varios meses y años, dos programas, que quizás, hace unos lustros no los habrían puesto en la gran pantalla, a esas horas. Es cierto, que ha cambiado la situación, con las grandes plataformas de cine, con Internet, y todo lo demás. Pero un día de estos sucedió que dos personas que estaban en ese programa o realidad sociocultural, supuestamente, para buscar pareja, una manera o forma, cómo cuando se imitó las “caravanas de mujeres”, película y hecho, dicen real, en el Lejano Oeste, porque faltaban mujeres en una comunidad. Recuerdo, que aquí se copió, en algunos pueblos, de lo que ahora, denominan la España deshabitada.

Le indica un contertulio a una dama, en dicho programa televisivo:

– “Es que soy partidario de las relaciones abiertas”.

– Yo, yo no –le contesta la mujer, pienso que un poco azorada, porque delante de cientos de miles de televidentes, el hombre o varón o macho, tenga tan poco tacto-.

[…]

En otros tiempos, no tan lejanos, esto no se habría planteado, porque esto sería adulterio o infidelidad o lujuria o, decenas de otros nombres, con connotaciones no positivas, ni desde el punto de vista social, religioso, espiritual, moral, psicológico, de costumbres, económico incluso…. Ni siquiera, y, menos aún, en las relaciones de presuntos y futuros novios o novieces, o en un acercamiento para llegar a un estado más integrado o elevado de relaciones entre dos personas.

Pero, me llamó la atención, que algo, diríamos, que han inventado el nombre, hace unos años, no sé cuándo, no sé cuánto, no sé en qué lugar. Se haya extendido por la sociedad, como un reguero de pólvora y leña contra la moral y ética y la psicología y el sentido común y la prudencia de siglos.

Es cierto, que lo he oído en otros lugares, alguna vez escrito, este vocablo o mejor, dos, “relación abierta”. Pero, en este momento, de este canal televisivo, me llegó a la mente, algunos de los problemas, que esta sociedad está sufriendo, y, lo importante, y lo esencial, para conseguir un efecto, es “crear una palabra neutra o aparentemente neutra, incluso parece que tiene connotaciones positivas y de libertad”. Parece que esta realidad, para quién la haga, no sé cuántas personas, no sé en cuantas connotaciones, no sé en qué ambientes, lo que antes se denominaban “tríos y múltiples relaciones a un mismo tiempo o en tiempos diversos, adulterio”, y, todas las posibilidades, han sido capaces de alguien “encontrar una palabra, dos, que parece que una realidad, que nos parece, al menos, al sujeto escribiente de estas líneas, que es negativa, en algo que parece, preconiza la libertad, el entendimiento más abierto, la comprensión de otras personas, el respeto…”.

Siempre, me pregunto, si el gran Freud, viviese ahora, qué nos diría, de tantas prácticas sexuales y costumbres y éticas y psicológico sexuales y sentimentales y sensuales, con connotaciones éticas y morales. Confundimos los hechos. Cuándo él hablaba de más libertad sexual, de sociedades muy rígidas, hay que verlo en su contexto, si mi memoria no me falla, él conoció y habló y vio a su novia antes de casarse, no sé si tres o cuatro veces. Y, una, según dicen, en una mesa camilla, con acompañantes, y debajo de ese artilugio muebleril, le rozó una rodilla con la mano.

Hoy, Freud, pienso, que por sus teorizaciones generales, y porque tenía el valor y la libertad de analizar todo o casi todo, y, tenía la predisposición de conciencia de deducir e inducir, consecuencias, de basarse en hechos de la realidad, pero volver a causas, a analizar la historia, la mitologías, el inconsciente, hoy, aunque no guste oírlo, hoy Freud, pienso que nos diría, que hemos pasado de una rigidez enorme moral y sexual y sentimental y sensual del pasado, a todo el extremo contrario. Y, si esa situación creaba neurosis y otros tipos de conducta negativas, psicológicas y morales, hoy, el extremo contrario, producen lo mismo…

Hoy, agradeceríamos mucho, que los psicólogos, psiquiatras, filósofos, moralistas, y, todo el arsenal de especialistas en la conductas humanas, desde distintos puntos de vista, tuviesen el valor de Freud, e, indicar, su parecer, no siempre, echar leña al fuego, del supuesto progreso y de la supuesta liberación, cuando existen prácticas psicológico morales y conductuales, que son negativas y nefastas, para la realidad humana. Y, que cada generación va ampliando, más y más el globo de esas prácticas sensuales y sexuales… Porque, aunque exista el concepto de tolerancia en las prácticas, también debería existir el concepto de tolerancia en los análisis. Dejar a los científicos sociales que tengan la libertad de indicarnos su parecer y sus concepciones, que unas, estarán a favor, otras, en contra del nuevo parecer de prácticas o del viejo parecer.

Somos humanos, no se nos puede someter a tantos cambios, a tantas posibilidades de cambio, en nombre de la libertad, porque nos destrozamos por dentro. Cuántos efectos negativos, que se producen en las sociedades, serán debidos, a prácticas y teorías, a y, en todas las temáticas, que superan la racionalidad moral y psicológica conveniente y mínima… ¿O, no…? ¿Porque hemos sabido las consecuencias, negativas, de tanta rigidez sexual de siglos anteriores, pongamos el caso de Freud, pero estamos analizando, las consecuencias negativas, de tanta prácticas, tan liberales y no racionales, sexuales, sensuales, hedonistas, epicúreas, materialistas, relativistas, de hoy…?

¡Y, todo empieza, por una palabra, en el caso que analizamos dos…! ¡Paz y bien…!

Jesús Millán Muñoz


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