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6 cosas prácticas que puedes hacer para dar valor a tu coche

A menos que seas un amante de la mecánica y el motor, es probable que la perspectiva de vender tu coche no te seduzca en exceso: poner un vehículo a la venta conlleva bastante trabajo en términos de marketing, gestión, puesta a punto y sobre todo negociación. Si alguno de estos no es tu punto fuerte, la venta del coche puede ponerse cuesta arriba y convertirse en una pesada carga que te lleva a vender el vehículo por menos de lo que querías.

A la hora de vender un coche que ya lleva unos años en el garaje lo más importante es calcular cuál es su valor exacto. Conocer el valor de un coche es fundamental para saber cuánto dinero puedes pedir por él, y también para que tengas una base sobre la que negociar en función de las virtudes y defectos que tenga.

Este cálculo suele basarse en la depreciación, el modelo o la edad del coche por un lado, y en el uso y desgaste de sus componentes por otro. Mientras que los primeros son factores fijos que no puedes cambiar, el estado en el que vendas el coche te deja algo de margen para darle un empujón a su valor final antes de venderlo. Te contamos seis cosas prácticas que puedes hacer para incrementar el valor de tu coche.

  1. Encerar la carrocería. El objetivo es que el color de la chapa se asemeje lo más posible al color original: comprueba el efecto del encerado comparando el brillo y tonalidad de la carrocería con el interior del marco de la puerta, donde no se notan tanto los efectos del sol y demás agentes externos que normalmente dañan el capó. No te olvides de sacar brillo también a las luces del coche, parabrisas y ventanillas: utiliza productos fabricados exclusivamente para el mantenimiento de vehículos, y huye de los detergentes caseros.
  2. Poner a punto los neumáticos y limpiar las llantas. El uso y abuso de un neumático es fácil de medir a simple vista con sólo observar el desgaste de sus surcos. Cambiar los neumáticos, o simplemente comprobar que tienen la presión correcta, suma muchos puntos al valor de un coche, y es una inversión mínima comparada con el beneficio que te reporta. Limpia a conciencia las llantas de polvo, barro e incluso motitas de lluvia antes de sacar las fotos o enseñar el coche.
  3. Dar un buen repaso al interior. La limpieza del interior es tan importante como la de la carrocería: ventila el coche para librarlo de malos olores (pon especial hincapié si tienes perro o fumas habitualmente en el coche), vacía el guardamanos, maletero y demás recovecos, y aspira el suelo y los asientos. El objetivo es que, cuando enseñes el coche, el potencial comprador tenga la sensación de que se trata de un coche nuevo y no el de otra persona.
  4. Aparcarlo en el garaje mientras esté a la venta. Intenta dejar el coche siempre a resguardo hasta que hagas efectiva la entrega de las llaves, sobre todo una vez hayas puesto a punto el exterior del coche. Tampoco fumes ni comas dentro del vehículo después de hacer la limpieza a fondo de las alfombrillas y asientos.
  5. Reemplazar los componentes más económicos. Si eres de los que piensa que ya no merece la pena invertir ni un euro más en el coche una vez tomada la decisión de venderlo, es porque nunca te has enfrentado a un potencial comprador con una sesuda lista de requisitos para su nuevo coche. Algunos pequeños, grandes reemplazos que pueden marcar la diferencia en el valor de tu vehículo por muy poco dinero serían por ejemplo las bombillas de luces e intermitentes, las alfombrillas viejas o los limpiaparabrisas.
  6. Comprobar los fluidos del coche. Hay pocas cosas que delaten el mal mantenimiento de un coche viejo como que los fluidos no estén a punto. Antes de enseñar tu coche, comprueba los niveles de aceite, el agua del limpiaparabrisas, el refrigerante o el líquido de frenos, y pasa por el taller si hace falta.

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