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“Gastrocultura y gastrosofía: Almejas a la marinera o a la cazuela”, Jesús Millán Muñoz

gastrosofíaEs un plato típico de todo el litoral del norte, pero se ha extendido por toda la Península ibérica, existen modalidades gallegas, cántabras, asturianas, vascas…

Bajo mi modesto entender y comprender, desde los concheros prehistóricos y neolíticos que se han encontrado en muchas zonas y costas. Los concheros son acumulación de conchas que durante varias generaciones los habitantes de una zona han ido acumulando. Lo que muestra y demuestra que desde la prehistoria y desde luego desde el neolítico, los humanos han consumido productos del mar. Los bivalvos son un elemento o ingrediente fácil de recoger, no olvidemos que las ostras hasta hace un par de siglos, en algunas zonas de Europa era una comida de estratos sociales del pueblo.

Indicaba que los historiadores y teóricos de la gastronomía, tendrán que demostrarlo, pero insertar en un recipiente para cocer ostras, almejar, chirlas, mejillones y semejantes, y, en medio algunas verduras o algunos condimentos eso ha tenido que tener una historia y evolución no solo de siglos, sino de milenios. Las almejas a la marinera actuales, en todas sus derivaciones y concreciones y materializaciones son el resultado, a mi modo de ver, de milenios de evolución. Es cierto, que cada etapa histórica se le van aportando elementos e instrumentales que cambian las realidades culinarias, como el resto de actividades humanas. No es lo mismo cocer con cerámica que en recipientes de metal, o sin tener ambos en recipientes formados de cuero animales.

Quizás en la prehistoria las almejas y semejantes se echaban en los fuegos o en las cenizas calientes de los hogares para que se abrieran y se comerían de esa manera. Por tanto las almejas o chirlas o mejillones asados o en horno o ahora en los procedimientos técnicos actuales de cocción/asado por aire o por calor o por microondas, son variaciones que pueden estar con nosotros, en sus formas básicas desde hace milenios –evidentemente el microondas es un producto de la tecnología del siglo veinte…-.

Los ingredientes básicos para este plato son almejas, agua, cebolla, tomate, vino blanco, pimentón, sal, fuego, aire… Como toda comida o todo plato pues existen variedades comarcales, locales, regionales y, desde luego de autoría, aunque todas sigan la misma fórmula básica, las manos y el corazón que las prepara pues añade diferencias. Creo que como en todo alimento, en tiempos de abundancia, las personas suelen seguir normas más estrictas porque pueden adquirir los diversos alimentos o ingredientes básicos, en tiempos de carestía, existe más posibilidades de incertidumbre y de imaginación, para incluir en la comida lo que se dispone.

Una variedad o deducción del aprovechamiento de los bivalvos son las diversas tortillas posibles y reales: tortilla de almejas, tortilla de chirlas, tortilla de mejillones. Dónde de alguna manera, se combina la tortilla de patatas, típica española, que parece ser tiene un origen en  Extremadura, con los diversos tipos de productos del mar, pueden ser bivalvos, pero también pueden ser trozos de calamares, etc.

Desde la gastrosofía debemos intentar argumentar para que observen los teóricos de la gastronomía en todas sus dimensiones, pero también las personas prácticas de los fogones, debemos razonar para que existan líneas de productos gastronómicos que sean diversos y diferentes, pero que sean económicamente aceptables, sus ingredientes básicos o poder ser asumidos y asimilados por todos los estratos sociales de la población.

Es importante, para la coherencia y la paz social, que la alimentación sea diversa, en la medida de lo posible, y, en la medida de los bolsillos, por lo cual, aunque pocas cosas hay en gastronomía que no estén ya inventadas, si se pueden poner bajo nuevas fórmulas, darles un poco más de publicidad. Por ejemplo, tortilla, ya que estamos con este elemento, tortilla de arroz. Dónde existen ingredientes básicos asumibles por casi todas las economías: huevos, patatas, arroz –evidentemente el arroz habría que cocerlo antes de integrarlo en la tortilla-.

Estos productos pueden alegrar un poco el corazón, en tiempos de tantas crisis que esta Península está sufriendo. Preparar diversos platos con semejantes ingredientes, diríamos que es casi una finalidad social. Así, en la familia pueden degustar diversidad de platos, prácticamente con los mismos ingredientes…

La ética y la comida, la moralidad y la comida es un tema que está inserto o debe estarlo en una filosofía de la comida-gastronomía, o lo que se denomina gastrosofía. Nadie supongo puede dudar que hay que degustar alimentos que sean sanos, por tanto, algunos productos de comidas, que puedan poner en riesgo la vida humana, no sería éticamente correctos. Platos o comidas que sean en sí, lleven algún elemento pernicioso contra la salud humana, o, que en un caso concreto, esa persona no puede degustar de esa comida. O, que esa comida/bebida en dosis moderadas puede ser positiva, pero en dosis altas es perniciosa y negativa, en distintos aspectos de la realidad, sea el caso del vino –las bebidas de altas dosis de alcohol, creo que tienen más contraprestaciones que afirmaciones o aceptaciones…-.

Todo lo que hace un ser humano, cada día, decenas de actos, tienen diversidad de dimensiones y parámetros, unos son los instrumentales o útiles con distintos fines, y, dentro de estos y en estos, también están parámetros morales y éticos. Este simple artículo periodístico, dispone de una dimensión instrumental, tiene una finalidad literaria y conceptual, tratando una serie de temas, en este caso, la comida. Pero también tiene una dimensión ética y moral, si hay voluntad por parte del escribiente, de intentar buscar el bien moral con la comida. Evidentemente, es claro si alguien lee este batallón de palabras, que existe una voluntad clara de buscar el bien moral con la comida.

Las almejas a la marinera –por extensión otros bivalvos- que son un producto típico de las costas españolas y que se ha extendido por toda la península, es una de las comidas, más fáciles de preparar y más fácil de consumir. Los puristas dirían, con razón supongo, que dar el punto exacto es muy difícil, pero supongo que encontrar el punto exacto de una columna periodística también lo es, y, recitar la novena de Beethoven aún más. Paz y bien.


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