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“Las multiplicaciones de alimentos y Cunqueiro”, Jesús Millán Muñoz

CunqueiroSeamos ateos o teístas o agnósticos o creyentes en una religión no cristiana o una confesión no católica debemos aceptar que el cristianismo es un sistema peculiar y original singular.

Que yo sepa, no existe otra religión o revelación positiva, real o actual o del pasado, que tengan departamentos especiales para ver y analizar, si determinados signos o prodigios que se realizan en su seno, son verdaderos o son un engaño o una mentira, o una manipulación o un sueño colectivo o, cualquier otra explicación.

Para ello, porque es verdad, antes que un supuesto o presunto hecho sea aprobado como milagro, por el catolicismo, pasa por un tiempo de estudio, que suele ser largo, por testigos, por pruebas, por un comité científico que analiza dicha realidad, después por comités teológicos, y, al final, tiene que se aprobado y refrendado por la Autoridad Máxima del Catolicismo, que es el Sumo Pontífice.

Todos esos pasos, es un juicio, mejor dicho una serie de juicios paralelos, que si no se produce y aprueba el primero, no se pasa a la segunda instancia, al segundo juicio, etc. Con lo cual, dentro de la problemática grave de creencias y no creencias. Tenemos que admitir, que es una de las realidades sociales y humanas más serias. Si el catolicismo aprueba que un hecho no es posible, explicarlo solo por las fuerzas naturales, sino que ha debido y ha intervenido el Buen Dios, debemos aceptar en principio, seamos ateos o agnósticos o creyentes en otra religión no cristiana, o una confesión no católica, que ahí, pueden existir multitud de posibilidades y de datos que pueden indicarnos que es verdad y verídico y verdadero…

El gran maestro Cunqueiro de la novela y narrativa y del articulismo, se dice que pudo redactar veinte mil columnas y otras piezas periodísticas, bien harían que se hiciesen tesis doctorales y se fijasen e indexasen toda esa riqueza cultural del articulismo y de los manuscritos inéditos que quedarán todavía. Cunqueiro el gran maestro de la escritura en dos lenguas, que todavía espera una edición con las obras completas, a semejanza, como se le ha hecho a Plà. Cunqueiro en un artículo titulado: Las multiplicaciones, publicado en El Faro de Vigo, del 24 de septiembre de 1974, nos narra algo de esta problemática…

Cunqueiro en ese artículo o columna o comentario o crónica, o hablar consigo mismo y de si mismo a usted y a nosotros, nos habla de las “multiplicaciones de alimentos en el cristianismo”. No solo se realizaron o surgió dicho fenómeno en tiempos históricos y vivenciales del Nazareno, sino que a lo largo de los siglos han ido sucediendo. Se refiere entre otros, al milagro de la multiplicación del arroz de Olivenza, prueba y signo que sirvió para canonizar a Juan Macías, santo extremeño que terminó sus huesos mortales en Lima, en ese medio equipo de futbol que se juntaron en setenta años, en esa ciudad, media docena de beatos y beatas –mejor dicho que después, fueron beatificados y canonizados…-.

Debemos indicar, por si usted, o no es consciente o no lo sabe. Que, por ejemplo, en el terreno de las multiplicaciones de alimentos en el cristianismo, no se aprueban todos esos hechos como milagros, porque el estudio es largo y costoso y supone muchos recursos humanos dedicados a ellos, sino solo algunos. Con lo cual, en la historia de la espiritualidad y religiosidad del cristianismo, se citan que determinadas personas, que después fueron santos o beatas, hicieron tal o cual multiplicación de alimentos. Se citan muchas en sus biografías, muchos casos. Pero estos no se estudian posteriormente, se citan en sus biografías como signos posibles, pero no están aprobados. Por ejemplo, en Madre Esperanza, que en estos momentos no sé como va su proceso de beatificación, también una persona y personaje de la segunda mitad del siglo veinte…

Si analizamos el cristianismo, no solo de hace veinte siglos, sino el de ahora, el del siglo veinte, debemos aceptar que dentro de las cosmovisiones y realidades fenomenológicas de todas las religiones, sin negar sus deficiencias, de las persona que están en sus regimientos, y, sin negar otros errores o presuntos errores. Sin negar todo ello, debemos aceptar, que en la esencia y el núcleo del cristianismo está formado y conformado por y con realidades que superan la inmanencia humana, que es algo, que está por encima del ser humano. Y, esto siglo tras siglo…

Se niegan, por diversas razones, milagros o signos de un tal Jesús de Nazaret de hace veinte siglos, muchos siguen en esto a Hume, pero estos mismos que niegan estos hechos, se niegan a dedicar varios meses a estudiar signos y señales y milagros aprobados oficialmente, por el catolicismo, referidos a hechos del siglo veinte. Por ejemplo, los setenta milagros oficiales aprobados por Lourdes y en Lourdes…

Niegan el pasado, pero no desean estudiar, informes, datos, biografías, memoriales de hechos sucedidos en el siglo veinte, digo del siglo veinte, no de siglos del pasado, para que no digan que los papeles estaban manipulados. No dedican el suficiente tiempo a leer y pensar y meditar y reflexionar sobre hechos del siglo veinte, por ejemplo, las multiplicaciones de alimentos, por ejemplo, la multiplicación del arroz en Olivenza, Olivenza que está a unos cientos de kilómetros de su casa…

¡Mientras tanto, el Vaticano y las comisiones que estudian y aprueban esos hechos, podrían publicar en Internet, todos esos procesos, con todos esos papeles, de unos y de otros casos…!

Jesús Millán Muñoz


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