Aunque la prensa tenga como fin la actualidad política y económica, el humano que la lee, tiene muchos intereses, y, lo político y lo económico solo es una parte, aunque sea gran parte.

Los columnistas como el que suscribe estas líneas, siempre está luchando en esos triples frentes: con la audiencia que puede caer en el error, que la vida es más amplia, y, no solo está restringida a lo económico y político; que los directivos de los medios y los promotores y empresarios, necesitan audiencia, porque de lo contrario el edificio de información en papel y electrónica se deshace por quiebra o no beneficios. Y, con su lucha interior, de la autocensura o autolimitación conceptual. Y, al final, todos estamos enredados en el presente y el presente con ese tono. Pero a los humanos les interesa la tortilla de todos los días.

Se alaba siempre el columnismo de D´Ors, Unamuno, Ortega, y, algunos más, que combina lo pequeño o grande de la actualidad, en todos los sectores, con lo humanístico y  filosóficos. Pero después, en el presente, si alguien presenta sus glosas, crónicas, comentarios, artículos, columnas, microcolumnas con ese carácter, enseguida te repiten aquello de la actualidad y la novedad. Aquello del artículo poético de Umbral. Y, qué es más actual, cada día, sino consumir la tortilla…

Los corazones de los humanos tienen muchas penas y muchas alegrías. Creo y estimo y opino y pienso que el columnismo literario es narrarle alguna de ellas, para que sea consciente, que existen muchas realidades, para que sea consciente que su dolor o alegría también se refleja en el periódico, y, si siente que el digital prensa le dice algo de su dolor y de su alegría, volverá a abrevar, como dicen los latinoamericanos, a sus fuentes, y, si piensa que nunca habla de él o de ella, sino de los grandes poderes, que apenas él o ella entiende, se alejará de la prensa. Bien harían, un estudio transversal de las razones, de por qué mucha parte de la población apenas roza un periódico, antes algo en papel, cuando iba al bar, ahora, si es digital, ya es un problema…

Eugenio D´Ors, creador de columnas, denominadas glosas, que a mi me parece, que casi siempre, eran formada por dos o tres microcolumnas formando una. Dos o tres temas en un solo artículo. O, al menos muchas veces, que tantos columnistas del siglo veinte, han bebido de sus aguas, también de Ortega y Unamuno, y, pocos los citan… Eugenio D´Ors, publicó en El ABC, en La Antología Literaria, del 07 de enero de 1927, un artículo titulado: Glosa, en el que nos habla de varios temas. Recoge detalles de lo real y lo eleva a categoría o concepto general o abstracto, con toques esenciales de sentido común y observación y de filosofía.

La vida te lleva por unos derroteros, la vida intelectual también. Por esos caminos vitales, ese aunamiento de realidades e interpretaciones y filosofías también caminan mis palabras del artículo. Quizás, mi columna, en mi modesto entender y escribir, es semejante a esos tres autores, antes citados, es siguiendo la estela de Alain, al que debo indicar que apenas he leído, pero si conozco sus intenciones y sus finalidades, porque no he encontrado traducciones, es, en donde me sitúo.

Diríamos, que convertimos el ensayo, en general, el literario y el filosófico en particular, en materia del articulismo. Es ir combinando trozos de la realidad y de lo real, pequeño o grande. Volvemos a la tortilla. Y la hacemos floritura de edificio para que la persona lectora sea consciente, de que lo pequeño es grande, de lo grande es pequeño.

Por un lado, debe indicar a los humanos, a ti mismo también, los errores y las maldades, pero al mismo tiempo, las bondades y los aciertos. Son como combinar sal y azúcar en un mismo alimento, dicen que casi todos los embutidos, en mayor o menor grado disponen de esas mezclas, para su conservación.

Un artículo periodístico literario, es un invento o descubrimiento que los humanos han hecho, para sacarlos de su yo y de su mismidad. Es algo, que han diseñado, para que alguien le diga, ya sé que usted está muy preocupado por problemas sociopolíticos y familiares y económicos y vitales. Pero sea consciente que la fuente con cinco chorros por la que todas las mañanas pasa de madrugada, de camino al trabajo. Esa fuente es una realidad, y, merece que la observe y la mire y la piense. Y, sienta la alegría del chorro de agua lanzándose al aire y, cayendo, y, después esa misma agua, volver a realizar ese viaje cientos de veces, cada día, cada una de esas gotas de hidrógeno y oxígeno…

El articulismo literario de opinión, no entro en los sesudos análisis de temas concretos realizados por especialistas, es el lugar, que el hombre y la mujer común, tienen, si es que disponen de cinco minutos, de leer algo, que quizás, le expresen un tema que no había pensado en ello, y, una perspectiva, que tampoco. Ese es el misterio y el enigma del articulismo literario de opinión. Y, por eso, creo que no dejará de existir en la prensa, sea como sea, dentro de cien años.

¿Y, qué ha aprendido usted en este artículo que termina de leer…? ¿Qué se dirá o se preguntará…? ¿¡Que la “fuente” por la que pasa todos los días, se merece que la observe, y así, aprenderá a observarse a sí mismo más profunda y esencialmente…!?

Jesús Millán Muñoz