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“Andrea Momoitio: ¿Quién soy, quien eres?”, por Jesús Millán Muñoz

Andrea MomoitioTodos los seres humanos de una manera o de otra, tienen la capacidad y la necesidad de hacerse la gran pregunta: qué/quién soy, qué será de mí, existe eternidad, qué y qué…

Son variedades de las tres grandes preguntas que Kant ya se hizo, pero antes de Kant, se la han hecho todas las religiones y todas las filosofías, y, hasta dónde sabemos todas las civilizaciones y todas las culturas y todos los sistemas teóricos y prácticos. Posiblemente, quizás venga del Neolítico, quizás antes del Neolítico, quizás, por todas las especies humanas que han sido y han estado aquí en este mundo antes de la actual, denominamos Homo de Cromagnon –porque usted sabe, que antes de llegar a lo que somos, hemos ido evolucionando, al menos en una decena de especies, en un enorme árbol de ramas…-.

Todo ser humano se hace esta pregunta, y, otras. Se sea analfabeto o se sea Premio Nóbel, se sea hombre o se sea mujer. Lo único que cada ser humano responde a ella, según su estructura biopsicológica, su situación socioeconómica, la inserción cultural en su sociedad y en su tiempo, según las experiencias y vivencias… Es más todos los sistemas teóricos o megateóricos, todas las ideologías, filosofías, religiones, y, en parte, todas las ciencias y las ciencias sociales, intentan responder de alguna manera a esta pregunta.

Con lo cual, usted se puede levantar esta mañana, y como si fuese un hipermercado de ideas y concepto y enunciados, puede mezclar su estructura interna de su ser, con lo que le ofrece el mundo en cuanto a esta realidad. Y, al final, de la tarde-noche ha podido llegar a un concepto de lo que es el ser humano, diverso y diferentes al de su vecino, en mayor o menor medida…

Con lo cual, me parece, que cada ser humano tiene una concepción diferente, en mayor o menor grado de lo que es el ser humano, en general, de lo que debe ser, de lo que dice ser pero que no es, de lo que cree ser, y, lo mismo de si mismo. Porque se combinan las dos realidades lo que creemos es el ser humano como especie, lo que creemos que somos nosotros, seres individuales, en este tema, como en todos.

La periodista Andrea Momoitio, en su blog personal, además de ser la coordinadora de PiKara Magazine, indica en la entrada esta idea-frase-máxima-eslogan-principio-enunciado: ¿Quién soy? Eso me gustaría saber a mí. Se hace la gran pregunta. Dicen que la filosofía y la metafísica se han perdido de la cultura humana, pero esta escritora-periodista sitúa, precisamente, en la entrada, a fecha de hoy, este panegírico o este dosel de palabras que nos sitúa en el enorme problema.

Todo el mundo se va buscando, en mayor o menor medida. Como todo lo humano, todo lo psicológico-mental, toda facultad-potencia humana, a mi modo de ver, existen escalas. Las personas, unas están, diríamos en esta ocupación o preocupación más altas y otras, las tienen más hacia abajo. Si existen decenas de factores psicológicos mentales, según el psicólogo Louis Leon Thurstone, nadie es el hombre cien, ni la mujer cien, en algunos factores-variables-ítems estamos por encima de la media, en otros por debajo de la media, y, en la mayoría en la media como la inmensa mayoría.

Aquí, nos planteamos ante un doble problema y problemática, una, es la teórica o teorización o conceptualización, conocer y conocerse según el saber ortodoxo o más cierto y verdadero de cada época; en segundo lugar, conocerse de forma práctica o existencial o vivencial, teniendo en cuenta, la dimensión teórica, más las experiencias y deseos y afectos y emociones de cada uno, esa mezcla substancial que somos del mundo racional e irracional…

¿Qué sugeriría yo, mi modesta pluma y mi modesta cabeza y mi modesta experiencia vivencial que ha ido recorriendo ya veinticuatro mil días, en este lago y valle de alegrías y lágrimas, que constituye la vida… cada vida…?

Yo, aconsejaría y sugeriría, que cada uno según su capacidad y sus posibilidades, teniendo en cuenta, que existen unas veintitantas ciencias ortodoxas, divididas en ciencias matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales-humanas. Yo, sugeriría, que poco a poco, en la medida de lo posible, leyese y meditarse y estudiase y analizase, no cualquier libro, sino manuales de cada uno de los saberes ortodoxos. Porque estos te pueden permitir tener un sistema teórico más preciso de la realidad.

No leer, por ejemplo, cualquier libro de psicología o de antropología o de economía o de política o de sociología o de… sino manuales, es decir tratados completos, que la mayoría, tienen más de quinientas páginas, de cada una de esas realidades… ¿Qué sucederá entonces…? Que usted no puede ser especialista en todo. Pero tendrá un conocimiento más preciso de cada una de estas ramas del saber, y, por tanto de usted.

No leerá y no pensará y no se sentirá y no se pensará usted desde un libro equis, que defiende la teoría psicoanalítica, o la de la gestalt, o la del humanismo o la del estructuralismo psicológico… -y, lo mismo en el resto de ciencias sociales y humanas-, sino desde un manual, que le habrá dado una idea general, de cada parte del saber ortodoxo. Y, así, con dos o tres manuales de cada ciencia, irá entendiendo y comprendiendo mejor su existir, su vivir, sus deseos y sus conceptos… (Otro día, nos encargaremos del resto de saber que no son ciencias: filosofía, artes-estéticas, tecnologías, religiones-teologías…).

Si esto, lo va haciendo en diez o doce ramas del saber ortodoxo. Al cabo de unos años, porque esto es una lectura pensante y pensativa, habrá llegado a entender el mundo de otra manera, y, pienso que más cierta y más verdadera. Y, por tanto, habrá llegado a conocerse a usted misma, de una forma más precisa y más profunda y más esencial. Un concepto sabrá interpretarlo según varias teorías o tendencias de esa ciencia social. Eso es lo que creo. Paz y bien.

Jesús Millán Muñoz


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