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Canción de chiringuito y basura

Eva MoraAño nuevo, saga nueva. Si en ediciones anteriores deslumbramos al lector con nuestra saga de La Guerra de las Falacias, creemos que este nuevo año de elecciones que se avecina bien merece un cambio en nuestra inspiración. En este caso hemos elegido la saga de Juego de Tronos.

 Como estas fechas son muy propicias para ello, vamos a hacer un balance de lo que ha sido 2018 y nuestros propósitos para el 2019.

 El inicio de 2018 estuvo marcado por la polémica edición de la Media Maratón, que sufrió una reducción en el número de participantes pero, por otro lado, gozó de un aumento de denuncias en el juzgado, lo comido por lo servido. Veremos cómo se resuelve todo, pero, tal y como ya han asegurado varias veces, de verse imputadas, tanto la alcaldesa como la edil de Deportes dimitirían. Rogamos a los «Siete» que la justicia ordinaria permita que se dirima todo mediante un juicio por combate y tengamos un duelo entre los campeones del PP y PSOE, pero también esperamos que no pretendan darle también a eso forma de pleno extraordinario.

 Conforme se acercaba el verano íbamos insistiendo más y mas, siempre dando voz a los concesionarios, en el tema de los chiringuitos, que también ha traído cola y ha supuesto la que, para nosotros, es una de las más nefastas gestiones de la corta historia de este equipo de Gobierno. Y no es que nos lo inventemos, simplemente es que hemos estado prácticamente medio verano sin servicio en las playas por la mala gestión de los tiempos y la voluntad de introducir cambios bastante radicales en los pliegos. No es una cuestión de que los cambios sean buenos o malos, eso lo dirá el tiempo, pero no se puede negar que se ha hecho tarde, mal y a rastras. Lo cierto es que nos hemos estado pareciendo a los Stark durante todo este dilatado procedimiento, pero en lugar de anunciar el invierno, insistíamos en que “se acerca el verano”. Y el verano llegó y todavía no teníamos chiringuitos, con lo cual nuestros caminantes blancos particulares (los turistas), no pudieron disfrutar del todo de nuestras playas.

 Otra de las cosas a destacar de este agitado año fue la dimisión del señor Zaragoza como concejal en este Ayuntamiento. Al final Ignacio Soler consiguió su objetivo, aunque lo suyo le ha costado. La verdad es que desde la marcha de su acérrimo enemigo, Soler, ha estado intentando sacar punta a otras polémicas durante los plenos, dirigiendo su punto de mira principalmente hacia la señora Gadea, pero esta guerra no le ha dado tanto de sí como la anterior, la verdad. Quizá sea el momento de buscarse nuevos enemigos a batir o de batirse en retirada antes de ver convertido al equipo de Gobierno en una Boda Roja -políticamente entendida, no queremos que apuñalen a nadie literalmente, por supuesto-.

 Otra cuestión a la que nos gustaría hacer mención con respecto a la gestión de este último año es la del contrato de recogida de basuras, sobre el cual desconocemos su estado actual, pero los datos que manejamos nos inclinan a pensar que se encuentra caducado y que la empresa concesionaria está prestando el servicio por amor al arte y en virtud de ningún contrato. A principios de año ya advertimos de que la prórroga anterior vencía en breve y se nos insistió en que no se prorrogaría de nuevo, que iba a salir una nueva licitación. Sin embargo, pocos días después de esto, se procedió a prorrogar el contrato por nueve meses. Nueve meses después, todavía no tenemos la licitación preparada y esta vez tampoco la prórroga. ¿A qué están jugando? ¿Es que pretenden recrear el asedio a Desembarco del Rey y utilizar la basura a modo de Fuego Valirio para bloquear las naves enemigas? Lo cierto es que no se nos ocurren muchas más cosas que hacer con la basura que se acumularía si a Urbaser se le ocurriese dejar de prestar el servicio por carecer de contrato. Toquemos madera. O basura, ya veremos.

 Para terminar, no podemos dejar de mencionar las intrigas de la corte que han ido surgiendo estas últimas semanas, especialmente la de la Policía Local. No queremos pensar que se ha tratado de un movimiento del equipo de Gobierno por controlar la dirección del cuerpo, pero es que resulta muy complicado no hacerlo. Durante el año hubo cruces de declaraciones y tensiones entre determinado sector del cuerpo y el equipo de Gobierno. Entonces la alcaldesa tomó las riendas del asunto y nos hemos encontrado con un decretazo navideño de cese. Parece que a Cersei le interesaba tener a la Guardia Real de su parte.

 En cuanto a los propósitos de año nuevo, podríamos empezar porque se celebre el debate de marras, pero en las condiciones en las que se propuso, ya que la transparencia debe ir más allá de dejar acceso a la información a la oposición, se le debe dar voz también al pueblo. Hablando del pueblo, tampoco estaría mal que en los plenos del Ayuntamiento se hablase un poquito más de Santa Pola y un poquito menos de problemas que trascienden de nuestras fronteras y competencias, por mucho que indirectamente nos afecten a todos. También estaría bien tener un contrato de basuras que se ajuste a las necesidades actuales del municipio y no las prórrogas de una licitación de hace más de diez años. Por último, esperamos que durante este año podamos ver avances en la construcción del nuevo colegio de Gran Alacant y en la reconstrucción del CEIP Hispanidad.

 A modo de conclusión, si en años anteriores hablábamos de “claroscuros” a la hora de hacer balances, en 2018 podemos afirmar que la oscuridad ha vencido a la luz. “Urnas are coming”. Se acercan las urnas.


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