MiguelMiguel cómico en Alicante con su espectáculo «Acojonado»
Anunciamos con mucho cariño la visita de uno de los monóloguistas y magos de moda, que viene de nuevo a Alicante para hacernos pasar un muy buen rato y que nos olvidemos por un ratito de los problemas cotidianos del día a día.
Miguel Miguel nos concede una entrevista muy divertida, donde nos cuenta de una manera muy sincera su trayectoria como mago y humorista.
Desde aquí darle las gracias por habernos dado el lujazo de hablar con él y poder verle en directo el día 16 de noviembre.
¡No os lo perdáis!
Pregunta: ¿Cómo empezaste a dedicarte a la magia y al humor?
Respuesta: Bueno, yo empecé ya mayor. Los magos suelen empezar de pequeños, con juegos y trucos desde pequeños. Empecé ya mayor porque hacía trucos los fines de semana, en verano, con cartas y tal, intentaba copiar a magos pero a mi manera, hasta que descubrí que había una escuela de magia que se llama “La gran escuela de magia de Ana Tamariz” y me apunté. Yo era ya mayor, porque la escuela era cara, y tuve que apuntarme con 18 o 19 años. Ya era una decisión de adulto. Me apunté a la escuela, conocí a un montón de magos tarados y locos como yo, hicimos muy buenas migas, empezamos a hacer espectáculos de magia por Madrid, empezó a funcionar muy bien, y de aquellos magos locos, con los que me juntaba, uno de ellos campeón del mundo, otro campeón europeo de magia cómica. La magia funcionaba muy bien, y a partir de ahí empecé a hacer comedia porque uno de esos magos vino a ver mi show y me dijo que yo no hacía magia, “Miguel, tú no haces magia, tú haces un show de entretenimiento, de comedia, y si, hay magia, pero lo que más hay es comedia. Tú no puedes vender magia porque la gente que viene a ver magia ve poca”. Yo hacía en una hora de espectáculo cinco o seis efectos cuando un mago hace 14 o 15. Era como que yo iba por debajo de la media de un espectáculo de magia pero la gente se lo pasaba muy bien. Entonces empecé a formarme en el mundo de la comedia. Hice cursos con Luis Piedrahita, Agustín Jiménez, Miguel Lago, cómicos de la época anterior a mí. Hice varios cursos de comedia, alguno de guión, en fin, me formé para empezar a hacer monólogos.
Enseguida entré en el circuito y empecé a hacer un poco de magia y un poco de comedia, y poco a poco, voy dejando la magia de lado y me centro más en la comedia, porque la magia es cíclica, hay gente que quiere ver magia, luego no, luego vuelve a ponerse de moda, y así. Y en aquella época los bares eran los sitios más típicos para hacer comedia y magia, y había que elegir, y normalmente los dueños de los bares elegían comedia porque vende más. Es cierto que nació Paramount Comedy, Comedy Central, Sopa de Gansos, dando paso firme a la comedia.
P: Es difícil hacer reir siempre al público. Es un trabajo complicado ¿te has sentido en algún momento extraño si no se ha reído alguien?
R: La comedia tiene algo que la magia no tiene. Tú preparas un efecto, un truco, que diríamos cotidianamente para sorprender al público y estás 10 minutos con el truco hasta que llega el momento final y preguntas “¿es ésta tu carta?” Y responde: ¡Si! y la gente aplaude. Pero si dice ¡no!, se acaba todo. Llevas 10 minutos de desarrollo para que luego no haya nada. Con los chistes tienes muchas oportunidades. Un chiste lo cuentas, no se ríen, cuentas otro, y otro, y al final se ríen. Como que vas gastando y en muy poco tiempo puedes meter muchas oportunidades, con lo cual, la comedia se sostiene más y da menos miedo. En la magia, lo preparas todo hasta llegar al momento final, hay menos balas que gastar. Cuando las gastas tiene que haber un aplauso, es complicado, son dos ritmos diferentes. En la comedia que no se rían no me preocupa tanto como en la magia, que no haya un efecto final que es el aplauso.
P: Al final, es un poco de sensaciones, como te puedes sentir tú, y cómo puedes hacer sentir al público. ¿Cuántos años llevas en el mundo de la comedia?
R: Yo empecé hace 20 años. Mi primer monólogo lo grabé para la Paramount Comedy en 2011 y a partir de ahí grabo 5 o 6 monólogos, todo muy rápido, grabo algún especial, luego Sopa de Gansos, Comedy Central, empiezo en el mundillo de la comedia a tope, monto un espectáculo que se llama “Todo cambia menos mi madre”, que estoy en la Gran Vía. Soy uno de los primeros cómicos que van al Teatro Arlequín, donde luego han estado grandes referentes como Juan Dávila, etc…. Y empiezo a actuar allí en el 2012. Estuve 3 temporadas dándolo todo, llenando y funcionando muy bien.
A partir de ahí empecé en el circuito y te mantienes vivo, vas haciendo bolos de empresa, actuaciones del circuito, que eso ya se ha perdido, que te ibas un jueves a Galicia, hacías Vigo, Pontevedra y Coruña, luego te bajabas a En la pandemia empecé a trabajar en El Hormiguero, he hecho muchas cosas de radio, he estado veranos en la Cope, en la Ser, he estado con Luis Larrodera, Alex Clavero, he hecho muchas cosas de radio, pero siempre en verano, y las cosas de verano nunca llegan para quedarse. Cubríamos los canales de deporte, tanto en El Larguero como en Carrusel Deportivo. En verano no hacían nada y nosotros entrábamos en ese hueco y en septiembre se acababa todo y volvíamos a nuestra vida normal.
Como he dicho, en pandemia entré a trabajar en El Hormiguero, soy el regidor del público, animador de plató, y ahí llevo casi 4 años prácticamente, todos los días, de lunes a jueves en directo haciendo que la gente en casa se lo pase bien.
P: Seguro que tienes mil anécdotas para contarme…..
R: Bueno, pasan muchas cosas, y en 20 años pues te puedes imaginar. Hay cosas que se pueden contar y cosas que no. Hay anécdotas, te podría contar, de esos bolos famosos de circuito, esos que hacíamos 4 días seguidos fuera de tu casa, pues ir a la primera actuación el miércoles en Vigo, y llegar el jueves a la discoteca de turno y decirte el dueño que hace 4 años que ahí no se hacen monólogos, y claro, te quedas con una cara de fuera de juego que imagínate…Y piensas, si yo tengo actuación hoy aquí, llamas al programador, siempre hay una persona que organiza estas cosas, y que por eso cobra, y la sorpresa es que el programador ese día no te coge el teléfono, porque el tenía actuaciones, miércoles, viernes y sábado, pero jueves no tenía nada. Entonces como eso no había manera de engancharlo, pues te mentía para que cogieras esos 4 días, diciendo que el jueves tenías una actuación que no existía. A mi me ha pasado varias veces. En una de ellas, el dueño se puso bastante agresivo diciendo que la persona que me había mandado le debía dinero y que se lo tenía que pagar yo. Son momentos muy tensos con estas historias de programadores de por medio.
P: Son cosas que no se pueden evitar, te las encuentras cuando llegas
R: Con el tiempo vas conociendo a los programadores, vas con pies de plomo, llamas al bar antes, preguntas por las redes, quedas con seguidores y estás atento a lo que te dicen, etc….
P: ¿Y anécdotas graciosas con el Hormiguero?
R: En El Hormiguero siempre pasan cosas, lo que pasa que son internas, ten en cuenta que yo trabajo donde no se ve. Yo soy la parte oculta de la tele, y claro, pasan cosas graciosas, gente que le da la risa y se hacen pis prácticamente encima, y los tenemos que sacar por un lateral corriendo, o gente que se duerme. El Hormiguero es un programa en directo, empieza a las 10 de la noche, y viene gente, cuando digo esto se ofenden, pero viene gente mayor, mayor me refiero a abuelitas con su hija y su nieta, tres generaciones a ver El Hormiguero, y la abuelita ves que se duerme, en primera fila dando cabezazos, entonces, si las tengo cerca le todo la mano y le digo: “ cariño, no te duermas, que es muy divertido”. Claro, tú imagínate que hagan un plano y vean a una señora durmiendo, como si fuera Juan Imedio.
Es complicado, pero si, cosas graciosas siempre pasan, son muy internas, códigos muy nuestros, pero siempre pasan cosas.
P: En tus actuaciones, ¿ha habido algún gracioso que ha intentado sabotear el espectáculo?
R: Si, cada vez menos, pero hay una ola que se ha recuperado ahora y nos está volviendo a pasar, no con la intención de antes que era “yo soy del pueblo y soy más gracioso que tú”. Esto pasaba que ibas a un pueblo de Burgos, por ejemplo, a actuar y de repente, había un tío en la barra, descamisado, con 7 cervezas en el cuerpo, que decía: “eeeehhhh….yo soy más gracioso!” Esto ya no pasa, porque los bares, como pagan un caché, intentan que no se estropee su evento. Lo que sí pasa ahora, es que hay cómicos que hablan con el público, les preguntan si son pareja, si viven solos, con quién han venido, ect….eso, ahora nos pasa que a los que no hacemos ese tipo de comedia, nos hablan, de repente una señora te suelta “¡pues yo llevo 40 años casada!” en medio del espectáculo, y sueltas, “¡pero bueno! ¿y esto?!, y dice, “no, por si te interesa”. ¡No, no me interesa! Pero es verdad que no va a ningún lado, nos reímos y ya está, pero antes era pero, era más grotesco. También ahora estamos en teatros, antes estábamos en bares y locales de copas, y claro, era otro tipo de público.
P: ¿Has tenido algún momento de risa que hayas tenido que parar?
R: Si, si, me pasa mucho. Yo me río mucho. En mis vídeos de Instagram mis chistes son reales. No me grabo en casa, me grabo en un teatro con público real y a mí me da mucho la risa. Yo me río mucho de mis chistes y a veces me da la risa y no puedo parar. O escucho a alguien reírse y me río. O se me ocurre alguna gilipollez, la suelto, veo que funciona y me retroalimento. En esos momentos, la gente te da un aplauso , te serenas, respiras hondo y sigues, aunque a mí me han dado más ataques de risa cuando he trabajado con compañeros.
P: Este tipo de situaciones son divertidas, pero llegan a ser incómodas, como que no puedo parar de reír y tengo que seguir!
R: Además, yo tengo una risa muy escandalosa y me río muy arriba, soy un escándalo de tío cuando me río de verdad. De hecho, en El Hormiguero, yo que soy regidor del público, me río mucho, quizá sea el que mejor se lo pasa de todo el público. Tengo unos compañeros que son superrápidos, las hormigas son graciosísimas, Pablo lo hace muy bien, yo al final me río mucho en el programa, y noto que cuando yo me río se ríe la gente. Valdi, por ejemplo, tiene una risa muy contagiosa, cuando se ríe nos reímos todos. La risa es el mejor acompañamiento que podemos tener. A mí me pasa, ataques de risa en casi todos los shows.
P: De hecho, existe la risoterapia…..
R: Si, esto es un nombre que ha sacado alguien que pensó: voy a sacarle algo de dinero al negocio de los monólogos, voy a llamarlo “risoterapia”. Al final, está bien el reírse, lo que pasa que vas a ver monólogos que no hacen gracia, y no te ríes, y se llama “risoterapia” el monólogo, o el espectáculo, pero realmente, yo creo que lo que hay que conseguir en un espectáculo, y lo que yo intento, es que en esa hora y cuarto que van a estar viendo a MiguelMiguel que se olviden de su vida, del móvil, de su jefe, de los problemas cotidianos. Es verdad que es una trampa, porque al terminar el show tienes que volver a tu vida, pero en mi espectáculo garantizo que durante ese tiempo no vas a pensar en nada, solo en reír.
P: ¿Ha habido alguna vez que te hayas ido a casa pensando que lo podrías haber hecho mejor?
R: En 20 años, te puedes imaginar. 20 años de titiritero, que diría mi madre, pues claro, me he encontrado de todo. Yo soy muy exigente conmigo mismo. En todo este tiempo, sólo hubo una vez que no actué en un sitio. Cuando llegué, las condiciones no eran las pactadas, estaban en fiestas, yo entiendo cuando alguien está en fiestas, intento colaborar, no había sillas, las pedí, las monté yo, que no se me caen los anillos, me puse a abrir sillas y a colocarlas, hice un pequeño escenario y cuando llego para actuar, la gente de allí, el alcalde, la familia del alcalde, etc….y me dicen “eh! Qué haces?”. Empezaron como a devaluar un espectáculo que ellos mismos iban a pagar, era como yo esforzándome por poner esto en orden en tu pueblo y vienes a dinamitar todo el trabajo que estoy haciendo? No hombre, no. Cogí mis bártulos y me fui del pueblo sin actuar. Se lo tomaron muy mal, me amenazaron por las redes sociales, a escribir malas reseñas, pero fue la única vez que dije, yo aquí no trabajo. Yo vengo a hacer comedia y a hacer magia, y si no queréis, no vengaís al show, o no me contratéis, pero me habéis contratado y tenéis que dejarme actuar. No se puede estar poniendo palos en las ruedas porque así no avanzamos. Fue la única vez que cogí los bártulos y me marché.
P: Al final, son cosas que pasan, y en 20 años te habrán pasado más cosas, y con lo que te queda de carrera, más te pasarán aún
R: Hay una frase que decía un cómico muy famoso que seguro lo conocéis, se llama J.J. Bakero y ese “nunca nos zafaremos”, siempre van a pasar cosas. Da igual lo preparado que estés, lo famoso o lo bueno que seas, que vas a llegar a un sitio y tendrás que bajar a mancharte las manos de barro.
P: Supongo que te pondrás un poco nervioso antes de actuar. ¿Tienes algún ritual que te de suerte o alguna manía antes de actuar?
R: Si, si. Lo he contado muchas veces. Yo tengo un ritual que es grabarme un vídeo en el espejo de donde esté, a veces no tienes camerino, voy al baño, porque lo del camerino es una palabra que suena muy “chic”, pero vamos, de “chic” nada. A veces nos hemos cambiado en el almacén de las bebidas, o en la cocina del restaurante, pero intento siempre buscar un sitio donde hacer un vídeo y a veces lo subo a las redes. Y siempre, siempre, me echo colonia antes de empezar.
P:¿Te has quedado alguna vez en blanco? Aunque me imagino que lo monólogos siguen su curso y parece natural, esto pasa.
R: Muy pocas veces me he quedado en blanco, porque tengo una estructura interna del monólogo fácil de recordar. Yo vendo del mundo de la magia, y ese es un mundo muy organizado. En la magia para preparar un efecto, necesitas una baraja, un rotulador, un sobre donde va a ir la carta, tienes que hacer como un pre-show antes de actuar, con lo cual, tu cabeza tiene claro adónde tiene que ir, y eso me lo llevo a la comedia. Entonces, en la comedia soy muy ordenado. Cuando he ido a probar textos si que te puede pasar, pero saco el papel, o el móvil excusándome y sigo. Pero no, no recuerdo haberme quedado en blanco.
P: ¿Cuándo vienes a Alicante?
R: En Alicante estaré el próximo 16 de noviembre en la sala El Refugio, antigua Clan Cabaret, y la verdad es que quedan pocas entradas. Es una sala en la que entran 120 o 130 personas, y ya van por las 100 vendidas. O sea, quedan muy pocas y estamos en la recta final, así que la gente que quiera venir que se ponga las pilas.
P: ¿Has actuado anteriormente en Alicante?
R: Si, me encanta además. Es verdad que siempre hemos estado en verano. Hago mucho bolo de playita y en invierno siempre hemos estado en esta sala. Bueno, hubo un monólogo que grabé para Paramount en el teatro Principal, un especial de Paramount con Alex Clavero y Rober Bodegas. Fue una experiencia bastante buena.
Y en Alicante había lo que te comenté de circuitos de varios días. Hacías San Juan, San Vicente del Raspeig, Alicante capital. Hacías varios y estabas jueves, viernes, sábado y domingo. Recuerdo que en San Vicente del Raspeig había una sala que hacía los monólogos los miércoles, que pensabas, ¡un miércoles!, no va a venir nadie, pero claro, estaba enfrente de una residencia de estudiantes y se petaba. En Alicante hay mucha cultura del monólogo y la comedia.
P: ¿Cómo terminas el año? ¿Qué perspectivas tienes para el año próximo?
R: El último bolo lo tengo el 28 de diciembre en Mallorca y en enero actúo el 3 en Burgos. Ahora mismo estoy cerrando fechas, estoy con mayo, me queda algo de mayo, junio, julio, que estos meses se cierran siempre más tarde, pero agosto y septiembre ya los tengo completos. La verdad que bien, pero son épocas.
P: ¿Algún consejo a la gente de Alicante?
R: Que no se lo pierdan, que vengan, que quiero verles, que va a estar más de una hora olvidándose de sus problemas, vamos, ¡QUE SOY UN PLANAZO!
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