“Como en Astérix el cielo se te cae encima”, Jesús Millán Muñoz
Existen acontecimientos en la vida, que de un minuto a otro, te sucede algo, y, parece que el mundo se te cae encima, el cielo, según Astérix, según los celtas.
Esta frase que todo el mundo la ha oído, en distintas versiones, y, que casi todo el mundo la ha sufrido en distintas temáticas, parece ser que era un temor, de los pocos, que los celtas galos o algunas tribus de galos prerromanos tenían. Y, explica muy bien la realidad, quizás surja del temor ancestral que los pueblos e individuos, han tenido siempre frente a los meteoritos, y, otras realidades que han venido del cielo, y, les ha caído encima. Quizás, ese temor se haya ido heredando de milenio en milenio desde la prehistoria –aquí, recuerdo, que pienso que habría que estudiar si uno de los orígenes de lo sagrado en la Naturaleza física y no solo los animales, entre otras cosas y realidades, y, éste podría ser un temor heredado de milenios-.
Pero debemos aceptar la realidad, de la noche a la mañana, frase que también se utiliza, sucede algo, y, te abre un mundo de alegría y de posibilidades, digamos que te toca la Primitiva, y, entonces en ese momento, se te abren puertas de esperanzas, pero también ocurre lo contrario te acontece algo, y, te llena tu corazón de tristeza y angustia y pesar y temor, pongamos por caso, recibes una llamada, que alguien muy cercano a ti, hijo o padre o madre o nieto ha recibido un colapso en la carretera en un accidente múltiple y no sabes en qué situación se encuentra. Entonces el mundo se te cae encima, porque la expresión “te han echado un jarro de agua fría”, se queda debilitada, pequeña, mermada, insuficiente…
¿Qué podemos decir o expresar ante esta situación, que no se prevé, tanto buenas o tanto no buenas…? Lo primero, hablaré sucintamente de una cuestión de retórica, cuándo utilizo en una frase lo que se llama bimenbración, trimembración o tetramembración o pentamenbración o polimembración, es decir, utilizar diversos nombres o adjetivos o sustantivos para especificar algo, como acabo de indicar en el final del párrafo anterior, no es solo oratoria o retórica pura y dura, no es solo estilo y belleza, ni ir más deprisa en el fluir de la frase o más despacio. Todo eso puede ser, pero la razón, es que creo que cada verbo o adjetivo o substantivo, aporta a la idea, un matiz, una perspectiva, una dimensión, una óptica –parecen que esta tres palabras dicen lo mismo, pero no, añaden significados complementarios-. Dicho esto, continuemos con esta temática… ¿Qué hacer…?
Quizás, quizás hayamos olvidado que la vida trae realidades positivas y realidades negativas, es la condición humana. Tenemos que minimizar lo negativo y pernicioso y malo, y, elevar y abrir y amplificar lo bueno y lo positivo. Quizás, hayamos olvidado este aserto. La vida es muy compleja, está formada por multitud de elementos, variables, funciones, factores, interrelaciones, por lo cual, hoy, te levantas, pensando que será como cualquier otro día, con algunos matices, y, así es y ha sido durante decenas y cientos de días, pero hoy sucede algo nuevo e innovador, que puede ser bueno. “tocarte la literaria”, puede ser malo “accidente de automóvil grave”.
Y, para ambas cosas, tienes que estar preparado. Para ambas realidades. Esta es la vida, somos seres de carne y mente, -algunos, muchos todavía, piensan que tenemos alma inmortal-, somos seres de carne y mente, por tanto, estamos sometidos a las limitaciones de la mente y del cuerpo, a las debilidades de la psique-mente y de la carne-cuerpo. Es así, es nuestra condición –si piensas que tienes alma-espíritu inmortal, esto por sí y en sí, te permite ver la vida con otra proyección y dirección, como desde otra atalaya, y, te será más fácil vivir y sobrevivir en lo bueno, y, también en lo no-bueno de la vida y de las circunstancias…-.
Por tanto, solo queda que hay que ser consciente, sin violencias interiores, sin dramatismos, sin tragedias, que la vida hoy, lo más seguro, que seguirá un marco y margen normal y natural y diaria, no sucederá algo muy distinto a lo de ayer, algunas cosas, quizás algunos cambios, pero por lo general, seguirá la misma rutina, serán cambios como el movimiento de las placas tectónicas, muy pequeños. Pero también, al mismo tiempo, te tienes que preparar, sin violencias internas, que hoy, también te puede suceder algo bueno o, y, algo malo. Y, es ese algo, que no esperabas pero que tiene que suceder. Porque de vez en cuando suceden esas cosas. Pero vivirlo o esperarlo con sosiego y con tranquilidad, porque es la vida, así es la vida, es el gran teatro calderoniano y de Job y de Calderón de la vida…
Cuándo llegue lo bueno o muy bueno, o llegue lo malo o muy malo, hay que tener confianza, que siempre después de la noche viene el día. Y, que después del amanecer, viene la mañana, el mediodía, la tarde, y, en algunos temas otra vez la noche… Después de la tormenta/huracán/seísmo la calma o una calma relativa, después de muchos días de calma y sol, vendrá otra vez alguna tormenta/tifón/volcán. Si estamos preparados, mentalmente, al menos, sin extravagancias, sin violencias internas, sin graves temores, si estamos preparados para ambas realidades, lo que venga, se podrá resolver mejor, se podrá hacer frente mejor.
Porque cuándo venga lo triste y negro, pues hay que enfrentarse a ello. Cuándo a Astérix se le caiga el cielo de plomo, puede meterse en una gruta a esperar, y, después volver a salir de la cueva para jugar con los romanos y comer con su amigo Obélix, comer jabalíes… Paz y bien y bien paz… ¡Bueno, hoy ha surgido un artículo periodístico un poco más triste…! ¡Es también la condición humana…!
Jesús Millán Muñoz
There is no ads to display, Please add some