Browse By

“Hasta dónde puedo escribir como articulista y Arrabal”, Jesús Millán Muñoz

articulista¿Qué limites temáticos y qué limites lingüísticos tengo como columnista de opinión…? ¿Los equipos directivos hasta dónde me dejarían llegar en el contenido y continente?

No nos engañemos, no nos mintamos, nadie se ofenda. El escribiente o escritor, siempre tiene en cuenta, muchas realidades que le limitan o le condicionan o le dirigen. Unas, son de tono interior, existen límites y limitaciones personales, de todo tipo, cognoscitivas, culturales, ideológicas, sociales, metafísicas, legales. Otras, son las que gestionan los equipos y promotores de los medios, sean editoriales, sean periódicos. Unas terceras, es el público en general, y, ahora más, porque tiene un poder de comentario debajo de cada artículo. Además, en todas está el sol de la audiencia, todos quieren tener audiencia, para poder seguir teniendo dinero para comprar sardinas.

No nos engañemos, no nos mintamos todos sufrimos censura exterior, que ahora tiene otros nombres, y, todos sufrimos censura interior, autocensura, aunque ahora tenga otros nombres. Esta es la realidad. Todos, incluso en los sistemas sociopolíticos democráticos, también, Qué decir de los no-democráticos, en esos ya las redes son tan profundas y tan extensas…

Se oye de vez en cuando, cuando un gran articulista de esos de firmas y dineros y nombres y renombres y premios deja una cabecera, porque le han prohibido o no le han publicado una columna periodística –no pondré nombres, pero de vez en cuando surge a la luz-. Y, como tienen poder mediático y tienen poder de firma y tienen poder de audiencia, dicen, -no entro con razón o sin razón-, que no tienen derecho a que le censuren un artículo y no se lo publican. Y, les dan al medio un tiempo, si no lo publican se marchan. Porque saben que otra cabecera periodística le contratará. Esto suele suceder. A veces, directamente el medio deja de publicar a esa firma o rostro o tez y, simplemente se tiene que marchar a otro lugar.

Decía Mingote, que solo no le habían publicado, en cincuenta años, y, en veinte mil viñetas, solo le habían dejado de publicar tres. Y, ya, con cierta edad, Mingote expresaba que eso no tenía importancia, que quizás no era conveniente… Mingote que entre otros méritos hay que destacar su lealtad y fidelidad al medio que le contrató hacia los años cincuenta. Cosa que en este mundo parece ser, no es general, sino algo singular y excepcional. Y, sabemos que recibió y tuvo mucha ofertas y de muchos medios, y, dicen, no lo sé, con muchos ceros detrás de los números positivos y naturales.

Pero los articulistas modestos, como yo, que somos cientos, también sufrimos esa censura exterior y esa censura interior. Todos tenemos experiencias, que hay, no tres, sino más artículos que no se publican, unas veces, no en una cabecera, aunque si se envía a las estrellas electromagnéticas, en otras. Cosa curiosa, el mismo artículo se permite en unos lugares y no en otros. En otros se cierra algunos párrafos o líneas, se apropian el papel de “editores” en el sentido anglosajón.

Personalmente, no creo ser hiriente, no ataco a ninguna persona, ninguna ideología, ningún colectivo, ningún tipo de siglas. Por tanto, creo que mis escritos serían aptos para cualquier medio social e ideológico del periodismo. Cosa que podremos hacer, mientras la IA nos permita. Y, no sé cuánto tiempo, tardará en que estos sistemas nos superen a los humanos biológicos, porque ya dicen voces, que caminan hibridándose las firmas biológicas y los textos de esos sistemas. Eso dicen, yo no lo sé. Pero de momento es un complemento o una insinuación o una perfección de ideas o una contrastación, teniendo la última palabra el kilo y pico de neuronas de cada autor.

Pero me pregunto, me publicarían a mí, por no citar a otros, un texto-escrito-artículo, como el que Arrabal, firma y publicó, aunque no sé donde y en dónde y cómo, titulado: Estabas tan guapa, Mirto, en tu SMS D ayer. Me temo, nadie se ofenda, porque a nadie se desea, se necesita, se quiere ofender, si yo, por no poner otro ejemplo y otro caso, escribiera algo semejante a ese texto, me parece que nadie me lo publicaría. Bueno, dejemos una duda razonable que algún medio si lo haría.

Porque tengo un dilema interior, si debería algunos textos periodísticos, ir más hacia delante, llegar un paso más lejos en la forma y en el contenido. Pero sé, que si lo hago, no me lo publicarán, posiblemente no me lo publicarán. Y, entonces, me queda la duda, hago unos textos o artículos para que sean publicados por los medios, y, redacto otros, para ser publicados por mí, en las antologías de textos que realizo.

Estimo que el articulismo de opinión, si queremos que sea un género de información, pero también literario, y también de creación e investigación tenemos que ir más lejos. Recuerdo que Cela, ya hace décadas, en un periódico nacional, escribía aquellas crónicas surrealistas y que había que leer tres veces, para enterarse de algo, que al final, tampoco entendías… Claro está era CJC, a mí, supongo no me lo admitirían, ni siquiera ahora, que se dice, hay mil periódicos digitales en la Península Ibérica, contando con Portugal… Paz y bien.

Jesús Millán Muñoz


There is no ads to display, Please add some

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *