El sector del juego ha ido aumentando sus ingresos de manera progresiva, de manera que en 2017, año que arroja los datos más recientes en España, las apuestas virtuales aumentaron un 23%.

Los datos bailan respecto a lo que el Estado ingresa por ellos, aunque está claro que es una cuota significativa. Por un lado, el anuario elaborado por una de las multinacionales españolas más importantes del sector, Codere, recoge que la tasa por actividades regulatorias asciende a 619 372 euros, hasta un 10% menos que en ejercicios anteriores. Un patrón que se repite en el juego online y el tradicional.

Sin embargo, la Agencia Tributaria recoge en su informe anual que la recaudación proveniente del sector no ha dejado de crecer desde 2015, de manera que en 2017 creció un 18% y en 2018 un 9%.

La Agencia no puede distinguir entre el juego online y el resto, pero Internet ha jugado un papel fundamental en este crecimiento. No solo han ido aglutinando usuarios las grandes operadoras, sino también páginas como https://juegoscasinoonline.com.ar, que ofrecen información sobre los sitios principales.

Más pasos hacia el juego responsable

Pero mientras se apunta al crecimiento del juego y a lo que el Estado se embolsa en tasas, el sector debe asumir nuevos retos. Uno de ellos es la protección frente a adicciones, algo en lo que el propio mercado está interesado.

Los pasos dados hacia el ofrecimiento de garantías en materia de juego y prevención de conductas adictivas han llevado, por ejemplo, a establecer controles de verificación de la identidad de los participantes. En el mundo online son más estrictos y eficaces que los que se han puesto en marcha en el juego presencial.

Este mismo año, en la Resolución de 11 de julio de 2019, la Dirección General de Ordenación del Juego prohibió la oferta de apuestas sobre eventos deportivos en los que participen de forma mayoritaria menores de edad. Esto no pone en peligro la libertad de apuestas en un espectáculo como la Scottish Premiership, donde juegan estrellas como Karamoko Dembelé, que solo tiene 16 años. Afecta a competiciones en las que participen menores de 18 años, como los campeonatos de fútbol sub 16 o sub 18.

Los operadores, decíamos, son los primeros que tienen interés en ofrecer seguridad, garantías y responsabilidad, con un marco bien regulado que proteja a los menores y otros sectores vulnerables. Quieren erigirse como una alternativa de ocio responsable para personas que puedan tomar decisiones maduras.

El escollo del Brexit

Otro obstáculo que la industria va a tener que superar próximamente es el del Bréxit, que le afecta como a otros tantos sectores de actividad. Acecha la sombra de un Brexit duro tras la decisión del primer ministro Boris Johnson de suspender el Parlamento durante cinco semanas, de manera que el 31 de octubre Reino Unido podría salir de la Unión Europea de manera drástica.

Cuando en 2016 conocimos el resultado del referéndum, muchos operadores temieron quedarse fuera del paraguas legal y administrativo de la UE y abandonaron Gibraltar, colonia británica en España que acogía muchas de sus sedes. Malta fue un destino prioritario para empresas como paddyPower Betfair, una de las más importantes del sector, y las que se quedaron parecen enfrentarse ahora a una situación peor.

No se trata solo de una cuestión de grandes operadoras. Las apuestas nacieron en Reino Unido, y hoy muchos de los empleados cualificados del sector ejercen en su territorio. Las dudas en torno a los requisitos de visados o duración de la estancia en el país puede acarrear una importante fuga de talentos. Las miras de las operadoras ya están en territorios como Ceuta o Melilla, que pueden acoger el efecto contrario: potenciar la creación de empleo.

Quien también podría convertirse en un gran beneficiario del Bréxit es Estados Unidos, adonde compañías históricas británicas como William Hill, 888 o la propia PaddyPower Betfair, podrían apuntar. Y es que la desinversión en el mercado interior del Reino Unido podría continuar tras el golpe que sufrió el juego presencial, por la decisión del gobierno de endurecer las apuestas mínimas en las terminales FOBT (Fixed odds betting terminals). Son slots habitualmente ubicadas en tiendas.