El pasado día 15 de abril la Agrupación Reformista de Policías denunciaba las condiciones de las fronteras de Ceuta y Melilla incidiendo y aportando soluciones político-administrativas para un mejor desarrollo del funcionamiento del servicio y la seguridad, con lo que ello comportaría de beneficio tanto para funcionarios como para ciudadanos usuarios de ambas fronteras.

Pero todo sigue igual, salvo las quejas de los presidentes de las ciudades autónomas que de forma constante tratan que la administración central tome cartas en el asunto de ambas fronteras, mientras tanto, los funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado siguen soportando agresiones y medidas de fuerza en ambos lados de la fronteras por personas relacionadas con el “comercio atípico” que como se sabe, están perjudicando el normal desarrollo de unas fronteras exteriores de la Unión Europea. Y todo ello ante la pasividad de la autoridades políticas de la UE, España y Marruecos.

Ahora toca denunciar las condiciones de alto riesgo que comporta el trabajo de los funcionarios policiales en la Jefatura Superior de Policía de Ceuta. Una plantilla policial “envuelta y sumida” en unas condiciones de total abandono en sus instalaciones y parque automovilístico. Edificios obsoletos como el de la Jefatura Superior, sita en el paseo de Colón, o el de San Juan de Dios, propios de unos países tercermundistas y no ajustados a las necesidades de una Policía del Siglo XXI.

El paso efímero de Jefes Superiores en su periplo profesional (no más de cinco años) por la ciudad autónoma supone un serio obstáculo para impulsar una reivindicación de esta índole que, comporta compromiso y tiempo suficiente para hacer realidad una demanda necesaria para funcionarios y ciudadanos residentes. Está claro que la creación de una plataforma ciudadana al respecto ayudaría a conseguir este objetivo primordial para la ciudad, los funcionarios y los usuarios.

Esta falta de compromiso y responsabilidad de la Administración y altos cargos policiales en velar por las condiciones higiénicas de las instalaciones y medios materiales y en el estado deplorable en el que desarrollan sus cometidos los funcionarios a su cargo, nos permite denunciar y poner como botón de muestra, el estado de algunos vehículos policiales que a diario se usan en el transporte de inmigrantes y detenidos a las fronteras y al palacio de justicia de la ciudad. Vehículos que curiosamente son atendidos en su inspección técnica en “establecimiento militar” hecho que resulta improcedente por razones obvias, que merece de inmediato se revise ésta situación por las autoridades policiales y civiles del Ministerio del Interior.

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