Un profesor de la UCH-CEU en Elche propone mejoras del sistema electoral español para garantizar la proporcionalidad y el valor de los votos
Aumentar el tamaño de las circunscripciones, distribuir los escaños de cada circunscripción más equitativamente en función de la población y eliminar las barreras electorales, son algunas de las propuestas
La actual desproporcionalidad del sistema electoral español, que se atribuye generalmente a la Ley D’Hondt que permite, por ejemplo, que para obtener un escaño en el Congreso un diputado de Madrid o Barcelona necesite casi 130.000 votos mientras que uno de Teruel o Soria necesite solo 35.000, se podría corregir. “Si queremos que nuestro sistema electoral sea más proporcional y que todos los votos tengan el mismo valor deberíamos aumentar el tamaño de las circunscripciones, distribuir los escaños de cada circunscripción más equitativamente en función de la población y eliminar las barreras electorales”, asegura Alberto Zapatera, docente de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Elche.
Según este experto, profesor de Matemáticas en el Grado de Magisterio y autor del capítulo «¿Son proporcionales los sistemas electorales?», incluido en el libro El secreto de los números, la desproporcionalidad actual, que beneficia a los partidos mayoritarios y produce cierto desapego hacia las instituciones políticas, se debe principalmente a la distribución del estado en circunscripciones pequeñas, al número de escaños asignados a cada circunscripción y a las barreras electorales.
En su trabajo de investigación, Zapatera aporta soluciones para garantizar la proporcionalidad y valor igualitario de los votos en cada una de las diferentes convocatorias electorales que se dan en España. Así, en las elecciones generales, la desproporcionalidad se produce por el tamaño reducido de las circunscripciones, el diferente valor del voto en las circunscripciones, la barrera electoral y, en menor medida, por la ley D’Hondt. Para el autor, “se reduciría aumentando el tamaño de las circunscripciones, con una distribución más proporcional a la población de cada circunscripción, con un recuento del cociente y eliminando la barrera electoral”. En cuanto a las elecciones al Senado, “se corregiría aumentando el tamaño de las circunscripciones y realizando una distribución de senadores proporcional al número de electores. Sin embargo, si se considerara el Estado como una única circunscripción, el Senado perdería su carácter de representación territorial, por lo que una solución intermedia sería tomar como circunscripciones las comunidades autónomas realizando un reparto de escaños proporcional a la población de cada autonomía”.
Por lo que respecta a los comicios municipales, afectados por la ley D’Hondt, que potencia el bipartidismo, y por la barrera de 5% que impide que partidos o asociaciones minoritarias entren en los Ayuntamientos, la proporcionalidad “aumentaría si se aplicara un recuento del cociente, como el recuento Hare, y se eliminara la barrera”. En las elecciones autonómicas, también condicionadas por la ley D’Hondt, la barrera del 5% y el diferente valor del voto en cada circunscripción, la solución pasaría por “aplicar un recuento del cociente, eliminando la barrera y considerando la Comunidad como una circunscripción única”.
Por último, en las elecciones europeas, al tratarse de una sola circunscripción y no aplicarla barrera electoral, la única causa de desproporcionalidad sería el recuento por la Ley d’Hondt y se reduciría con una fórmula electoral del cociente, según Zapatera.
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