Es el trabajo más antiguo del mundo pero aún, en un tiempo en el que el Parlamento Europeo discute sobre la inminente invasión de los robots del mercado laboral, las noticias hablan de viajes de particulares al espacio o de chips en el cerebro y, a pie de calle, se discute sobre la clonación de humanos, la prostitución continúa siendo un tema tabú. La prostitución pide a gritos que se normalice y se ponga a la misma velocidad que el resto de avances de la sociedad, mientras que esta, se empeña en olvidarla y dejarla atrás.

En países como Italia, por mencionar uno con una situación legal similar a la española, el sexo de pago es algo cotidiano, un tema como cualquier otro sobre el que se puede hablar y debatir, pero que no condena a las chicas, porque el olvido es una forma de condena. Como consecuencia, el debate a favor o en contra está a la orden del día, pero las chicas no se sienten marginadas, denigradas o, simplemente, fuera de la sociedad.

En este contexto, el fenómeno de las reseñas ha llegado al sector de la prostitución en Alicante y ya es posible, para un cliente, escribir una valoración sobre el servicio de una trabajadora sexual. Esto no debería generar recelo, como no sucede a nivel general en el país transalpino, en el que las opiniones online sobre trabajadoras sexuales se adaptaron con normalidad porque consideran que, si alguien se debe quejar, deben ser aquellas que ejercen el trabajo más antiguo del mundo, no quienes son ajenos a la actividad y, en este sentido, las chicas valoran positivamente las reseñas.

Las opiniones online eliminan el tabú y premian a quien realiza el trabajo de manera profesional y en lo que insisten las trabajadoras sexuales es en que se observe de manera objetiva lo que supone una buena crítica, más clientes, o una mala, menos clientes; porque esto provoca que quien no pone seriedad en una actividad que necesitan que desde fuera se tome en serio, lo haga y sea más profesional. Pero además, porque cuanto más se profesionaliza un sector, mejores clientes recibe. A modo de ejemplo, se podría decir que nadie regatea a la hora de comprarse unas zapatillas de marca, reservar una habitación de hotel o al pagar la cuenta de un restaurante; sin embargo, es algo que sí hacemos en otros contextos.

En definitiva, el número de chicas que se dedican a la prostitución sigue aumentando año tras año y, si bien se debe denunciar y condenar la trata, no debería ser juzgada una actividad independiente porque el intento de defensa de las chicas, puede convertirse en todo lo contrario, afirman éstas. Un paso más en el avance hacia la eliminación del tabú, son las reseñas online, un ejercicio de libertad de opinión y motivo de mejora siempre y cuando, eso sí, se realice con respeto.