En paralelo al debate político y social en torno al sexo de pago, las trabajadoras sexuales se adaptan al nuevo contexto generado por la crisis sanitaria del COVID-19, que agrava la falta de regulación de su actividad profesional, aunque con algunos efectos positivos dentro de la difícil situación en la que se encuentran muchas de ellas.

Migración a la red

El cierre de prostíbulos o agencias durante alguno de los periodos más restrictivos de la crisis sanitaria, ha provocado que algunas de esas trabajadoras sexuales hayan buscado la manera de ejercer de manera independiente anunciando sus servicios en páginas web especializadas.

Por otra parte, internet hace visibles a muchas chicas que en prostíbulos o en las calles, no lo eran. Esto favorece el seguimiento y la detección de situaciones ilegales por parte de las autoridades, lo que aumenta su seguridad. Además, con la aplicación de las opiniones online al sector del sexo de pago independiente, los clientes ayudan también a hacer visibles las situaciones de trata.

Independencia

Las trabajadoras que se anuncian en internet y ejercen en pisos son, en su mayoría, independientes. La migración de chicas de las calles o prostíbulos a la red, facilita que aquellas que tienen la oportunidad, puedan ejercer de manera independiente.

Profesionalización

Con la aplicación de las reseñas online, las trabajadoras sexuales se están profesionalizando, ya que para evitar opiniones negativas deben prestar un servicio profesional. Esto, a su vez, modifica también el perfil de los clientes. Lejos de lo que se pueda pensar, las opiniones online han sido bien recibidas por las escorts independientes, ya que el efecto está siendo similar al que ha tenido a lo largo de los últimos años Tripadvisor en diversos sectores y cabe recordar que la prostitución es una actividad alegal, sin regular, lo que deja completamente abandonadas y desprotegidas a las trabajadoras sexuales, de manera que la profesionalización supone un avance positivo en sus condiciones de trabajo.

Nuevos servicios

Las restricciones impuestas para rebajar el número de contagios, ha obligado a las escorts independientes a buscar alternativas. El confinamiento durante la primera ola, propició que muchas chicas ofrecieran servicios de videollamada erótica o incluso sexting como alternativa al contacto físico. Con la relajación de las medidas, también se han incrementado los servicios de masaje erótico para evitar el contacto cara a cara y reducir los riesgos de contagio.

A la espera de posibles cambios en la legislación en torno a la prostitución, el sector está cambiando y las trabajadoras sexuales insisten en que el debate actual sea coherente y diferencie entre las mujeres que trabajan de manera independiente y la explotación con fines sexuales para poder ser consideradas como trabajadoras, lo que para ellas sería fundamental en caso de afrontar otro confinamiento en los próximos meses.