UN SIGLO DE MUJERES AL VOLANTE
Ediciones Casiopea rescata a las pioneras de los viajes en coche con el libro: REINAS DE LA CARRETERA
Constituían una élite. Eran decididas, osadas, inconformistas, mujeres de hierro vestidas de encaje. Pusieron a prueba la paciencia de sus esposos. Desafiaron a la autoridad. Con sus frágiles manos enguantadas sujetas al volante, el sombrero anudado bajo la barbilla, osaron saltarse las normas y superar las barreras sociales, se atrevieron a soñar y contagiaron a otras su entusiasmo. Sin duda, habrían coincidido con Jack Kerouac, y su famosa frase: «Nuestras maletas estaban una vez más amontonadas en la acera; teníamos mucha carretera por delante. Pero no importaba. La carretera, es la vida», al lanzarse a la conquista de la carretera. REINAS DE LAS CARRETERA, de Ediciones Casiopea, nos desvela algunas de estas historias.
Bertha Benz: la primera mujer en hacer un viaje en automóvil: (1888)
Sin duda, Henry Ford no tenía idea de cómo iba a influir en casi todos los aspectos de la vida americana. Él cambió literalmente América, su forma de vida, su forma de viajar. Su revolución inspiró a una generación de consumidores, vendedores ambulantes y aventureros. Entre estos últimos, numerosas mujeres transgresoras. Sin embargo, lo que poca gente sabe es que 26 años antes del histórico fallo a favor de Ford que le dio luz verde para extender el uso del vehículo, había sido una mujer la primera persona en realizar un viaje en automóvil: Bertha Benz.
Hermosa y decidida, con su cabello recogido bajo su sombrero, su largo vestido de satén, y la seguridad de sus 39 años, Bertha Benz abandonó, a espaldas de su esposo Karl Benz, la ciudad de Mannheim a los mandos del vehículo patentado por él. De esa forma, inició el primer viaje en automóvil de la historia. Las carreteras que siguió, han sido bautizadas como «la Ruta Conmemorativa Bertha Benz», en Baden-Wurtemberg, uno de los 16 estados federados de Alemania, formando parte de la Ruta Europea del Patrimonio Industrial.
Pioneras del volante
A principios del siglo XX, solo algunas privilegiadas contadas con los dedos de la mano tenían cierto acceso al automóvil familiar, por lo general, gobernado por un chofer o por el cabeza de familia, pero lejos de lo que se piensa, que las mujeres y los automóviles no se mezclaron hasta décadas más tarde de su aparición, hubo un nutrido núcleo de adelantadas a su época.
En 1897, la actriz británica Minnie Palmer escandalizaba a los viandantes conduciendo por las calles londinenses su recién importado vehículo: Un flamante Rougemont traído de Francia. Se trata de la primera mujer, que se sepa, en poseer su propio vehículo. Un año después, la neoyorkina Genevera Delphine Mudge, experimentaba sensaciones de vértigo pisando el acelerador mientras se abría paso entre los coches de caballos que circulaban por Broadway. Posiblemente provocaba a su paso los mismos escalofríos que ella sentía haciendo gala de, lo que muchos consideraron, una audacia suicida.
El mundo automovilístico en aquel entonces aún iba a tientas. No había normas ni exámenes y se aprendía sobre la marcha. En 1900, Anne Rainsford French, tras haber recibido clases de conducir de manos de su padre, un prominente doctor, y obtener la licencia, se estrenó trabajando como chofer de su progenitor mientras este realizaba las visitas a sus pacientes. Eso sí, circulando por las calles de Washington D.C a menos de 14 km./hora., el límite legal permitido en la ciudad. Ese mismo año Vera Hedges Butler, adicta al peligro que se atrevió incluso a volar en globo, fue la primera británica en pasar un examen de conducción. Las cosas cambiaban y a finales de 1904, el mismo año de su fundación, el Ladies’ Automobile Club de Gran Bretaña contaba ya con más de 300 miembros femeninos. Al país icono de la tradición, se le escapan las cosas de las manos.
Dorothy Levitt: La inventora del espejo retrovisor
No sólo fue una de las primeras conductoras, sino que pasó a la historia como la primera inglesa en competir con un vehículo. De esto hace más de 100 años. A Dorothy Levitt le gustaban los retos, la vida carecía de atractivo si unas dosis de peligro. Ocurrió en 1902, trabajando como secretaria en la empresa automovilística Napier, cuando el propietario la introdujo en la conducción: A los pocos meses, Dorothy dominaba también el mecanismo de los vehículos. A partir de ahí, Dorothy Levitt estaba destinada a convertirse en una pionera del automovilismo deportivo. Con sus rizos al viento, su sibilina sonrisa, su destreza al volante, y su espíritu combativo, suscitó la admiración de mujeres y hombres, muchos de los cuales la tacharon en público de descarada, pero la envidiaron y adoraron en secreto. Hermosa y coqueta, posando para los fotógrafos tras atusarse en el espejito que siempre llevaba en su bolso y que empleaba para comprobar la presencia de vehículos tras el suyo, fue como nació el espejo retrovisor.
La conquista de la carretera:
A principios de siglo el aire rezumaba una mezcla de perfume y adrenalina. El deseo de romper con las normas contagió a la mujer y a los viajes. Marie Marvingt había conducido una locomotora en 1905 así como barcos de vapor, y había realizado el trayecto París-Coblenza (más de 400 km. de distancia) en canoa. Y ahí estaba Alice Huyler Ramsey que en junio de 1909, con 22 años recién cumplidos, siendo ama de casa y típica madre americana de Nueva Jersey, partió en compañía de 3 mujeres para recorrer los EE.UU de costa a costa, conduciendo un automóvil. Le siguió en audacia Anita King, célebre actriz del cine mudo que igualó la hazaña, pero en solitario. «Estoy decidida a arrebatar a los hombres algunos honores, así como también a mostrarles la fortaleza del que han venido en llamar “sexto débil” en lo referente a determinación y perseverancia», declaró. Lo hizo con la misma elegancia, la misma pasión y fantasía que acompañaron también sus célebres películas.
Aloha Wanderwel puso la guinda dando la vuelta al planeta den 1920. Fue seguida por Violette Cordery que empeló cinco meses en recorrer el mundo a una velocidad de 36 km. hora.
Estas son algunas protagonistas recogidas en REINAS DE LA CARRETERA, un libro vintage, que también dedica un capítulo a las viajeras en bicicleta, y otro a las moto-aventureras. Pilar Tejera, su autora, que ha publicado 5 libros, entre otros: VIAJERAS DE LEYENDA y CASADAS CON EL IMPERIO, ha querido brindar un tributo a las mujeres que abrieron camino en el escenario de los viajes, bajo un punto de vista novedoso.
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