FOTOPOLLAS en las redes: La era dorada del narcisismo genital
Por qué sí, SEÑORES.
Porque estamos hartas.
Porque nadie lo dice.
Porque ya basta de andar con cuidado no vaya a ser que se os rompa el ego de cristal.
Vamos a hablar de las fotopollas:
ese fenómeno moderno, lamentable, repetitivo y profundamente ridículo
que ningún hombre reconoce practicar,
pero que TODAS las mujeres hemos recibido más veces que notificaciones del banco.
En serio…
¿En qué momento pensasteis que esto era una buena idea?
¿Antes o después de reventaros un dedo haciéndoos la foto en el baño mugriento del gimnasio?
¿De verdad creéis que una mujer se excita con eso?
¿Qué pensáis, que estamos en casa tecleando:
— “OH DIOS MÍO, UNA POLLA RANDOM DE UN DESCONOCIDO,
¡POR FIN, JUSTO LO QUE NECESITABA PARA SER FELIZ!”?
No, cariño.
Lo único que provocáis es asco + bloqueo automático.
Vamos a explicarlo con palabras sencillas,
para que no se os derrita la neurona en el proceso:
1. Vista una, vistas todas (y algunas ni eso)
No está bañada en oro.
No está iluminada por el Espíritu Santo.
No es un tesoro nacional.
Es carne.
Y a veces ni eso.
La polla en foto plana es el equivalente sexual del “hola, guapa” de un cateto en verano:
predecible, pobre y sin ninguna creatividad.
No es Picasso.
No es El Guernica.
Ni siquiera “arte abstracto”.
Es más “artefacto”: algo que sale, aparece, molesta y se quiere quitar de en medio.
2. ¿Queréis saber qué hacemos de verdad con vuestra foto?
La pasamos al grupo de amigas.
Sí, sí, al grupo sagrado:
“Las brujas del WhatsApp”
Ese donde se deciden destinos amorosos,
se archivan red flags
y se clasifican fotopollas por:
• ángulo absurdo (esa posición que ponéis con el móvil para haceros la foto)
• tamaño decepcionante (¿pero qué pensáis que tenéis?)
• higiene cuestionable (por favor, ducharos antes por lo menos)
• nivel de pena ajena (da una tristeza…)
• y potencial para vomitar el desayuno
Las amigas dicen cosas tipo:
— “¿Esto qué es, un champiñón deprimido?” (Aquí mi amiga, la cabrona)
— “Bloquéalo YA o te manda vídeo.” (Esa amiga que tiene miedo de todo)
— “Mira, pobrecito… parece que está pidiendo ayuda.” (La amiga psicóloga que todo tiene una explicación)
Y tú creías que estabas seduciendo…
¡Qué ternura dais a veces!
3. Os voy a decir una verdad que va a doler más que el ego herido
Una polla nunca será romántica.
NUNCA.
Ni con filtros.
Ni con luz indirecta.
Ni con pose artística.
Una polla no seduce.
No enamora.
No insinúa.
Una polla, sin conexión emocional,
es el equivalente digital de recibir una multa de tráfico:
inesperada, molesta y completamente innecesaria.
Cuando enviáis eso sin consentimiento,
lo que hacéis NO es ligar:
Es invadir.
Imponer.
Importunar.
Acosar.
Y demostrar que tenéis la madurez emocional de una patata cocida.
Si tu mejor intento de seducción es enviar la foto de tu polla…
La polla no es el problema.
El problema eres tú.
Porque un hombre que sólo sabe ofrecer eso,
es un hombre que no tiene NADA más que ofrecer.
Y cariño…
si lo único que aportas a una mujer es una foto de tu rabo,
créeme:
ya hemos visto mejores
y más útiles.
(Y normalmente… funcionan con pilas.)
Enviando amor, sarcasmo y croquetas desde San Jódete del Monte (mi pueblo natal).
There is no ads to display, Please add some
