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“Un escritor siempre tiene que callarse”, Jesús Millán Muñoz

escritorDa lo mismo la época que viva y exista y respire un escritor siempre tiene que callarse. Cierto es que en unas épocas más y en otras menos, en unas por unas circunstancias y en…

Y, en otras por otras. Pero la condena del escritor-librepensador es callarse, es el silencio o semisilencio. Es cierto que en sistemas democráticos tendrá que callarse menos que en no  democráticos, hace tres siglos más silencio que ahora, pero sea en tiempos de Sócrates-Platón-Aristóteles o sea en la época de Cervantes-Valdés-Shakespeare-Montaigne, sea en la famosa Ilustración-Preilustración, sea actualmente, siempre hay que mirar y observar y pensar y analizar y callarse. Esta es la condena del escritor-escribiente-escribano. Es la ley eterna…

Evidentemente, no tiene las mismas consecuencias hace tres o diez siglos que ahora, no es lo mismo según en qué parte de Asia/Eurasia estén situados esos ojos-oídos-narices-boca-lengua-mano-pluma, no es lo mismo, si está en el primer cuarto de siglo o mitad del siglo veinte, que ahora en el primer tercio del veintiuno, no es lo mismo, si está situado en un continente o en otro, continente geográfico o cultural o metafísico o social o económico o político. Pero la sentencia/condena del escritor-librepensador es el silencio y es callarse. Esta es la realidad.

Cierto que en unas geografías física y políticas y metafísicas, las consecuencias de hablar más o menos, te llevarán a unas finalidades o te arrastrarán a otras. A algunas si estás o eres de los altavoces del poder, los poderes van cambiando, pero siempre es lo mismo, pues ostentarán y brillarán tu/su pechera con estrellas y medallas, y, todos los altos niveles de la representación cultural o social o académica o cultural, que en cada época son distintos, cargos con cargas buenas y brillantes y con luces y arco iris. Si no está ese escribiente al oído de los poderes del momento, sea hace diez siglos o sea hace veinticinco o sea hace un siglo, pues depende del lugar y del territorio, las consecuencias que tendrá. Siempre el territorio y el momento…

Si no gusta las voces a las realidades del presente, utilicemos la palabra y término “realidad”, que quizás represente más y mejor todos los momentos. Porque es fácil ponerle un adjetivo, pero la “realidad sociopolítica” es enormemente compleja y diversa. Si no gusta, pues según el tiempo, puede ser/llevar a esa pluma desde el ostracismo cultural más completo, al exilio interior/exterior cultural más completo, puede ser con/por eso de la opinión pública como portavoz-presión, el/al silencio más completo, u otras consecuencias negativas según esa “realidad”, es decir, esa mezcla de geografía física y cultural y social y, todos los adjetivos que corresponden a las categorías de los saberes-poderes teóricos-prácticos concretos. O, por el contrario pues todos los doseles o medallas, cargos con buenas cargas o cargas con buenos cargos, -a unos más y a otros menos…-.

Es más, puede suceder incluso, que todo el trabajo cultural esté condenado a la desaparición, desaparición de la cultura de un autor o cien por inanición de estímulos-aceptación-valoración positiva, nadie lo valora o casi nadie, termina el mismo autor/a pensar/pensando que no tiene ningún valor. Y, como no tiene valor social, ni económico, pues los herederos al final, tampoco se lo otorgan. Y, el tiempo va haciendo que los papeles se vayan destruyendo y comiéndose las letras, y, lo que las letras indiquen, sea de música, o de poesía o de teatro o de ciencias sociales o de economía teórica o de ensayos… van desapareciendo…

Algunos dicen, siguen la fórmula de Goya, pinta para sí, en una época se pintan las “Pinturas Negras”, para los otros y para vivir y para sobrevivir y para tener un lugar en su mundo social, para seguir siendo el pintor del rey, “pinta las figuras de la nobleza y de la realeza”, para el pueblo se ría y lo entienda y obtener algunos dividendos económicos, -y, difundir sus ideas, copiadas dicen muchos, al menos la estética, de las viñetas de la Ilustración Francesa, Revolución Francesa y de la influencia de Hogarth-, pues “los grabados de Los caprichos”, y, al final, para si mismo, para destruir el dolor y la tristeza, “los grabados de Los Desastres de la guerra…”.

Es decir, algunos dicen, muy pocos, durante el Anterior Régimen, dicen y dijeron, escribían para poder vivir y sobrevivir o estar en el mundo cultural. Pero después tenían otros libros, escondidos, escritos para ellos mismos. Esperando que un día pudiesen salir al mundo… Eso se decía, y, eso se esperaba. Pero se produjeron los años de La Transición, y, no salían, o apenas salían, los libros y las grandes obras ocultas, que no se habían podido hacer aire y viento y luz y nube para que todos las besáramos…

Después, ya vino el Nuevo-Actual Régimen Sociopolítico, se estableció, y, esperamos las grandes obras ocultas y escritas y pensadas, esperando que nacieran, después de años o décadas de estar dentro de los vientres de los escribientes y pensadores. Se decía, incluso podría haber ocultos, obras y autores que nunca habían aparentado nada en contra, para vivir y sobrevivir, quizás, ocultos en barrios de las grandes urbes de la Península Ibérica, incluso en aldeas/pueblos/capitales de provincias, al final, ya existían y habían existido, era real que decenas de miles de profesores, y, de otros oficios liberales eran o habían pasado bajo estas nube… Y, seguimos esperando…

Ya, el Actual-Nuevo Régimen, llegó a su cenit, a final del siglo, y, ya nos dijimos, no han salido esas grandes obras que estaban ocultas, de las que todo el mundo hablaba  en susurros y con grandes esperanzas, que estaban escritas en gran parte, y, que sus autores y autoras, no se atrevían a hacerlas real o ponerlas a los ojos de sus coetáneos… Y, ya, no salieron, salvo alguna excepción. Incluso de los que eran grandes, se decía que tenían dos órganos para cantar, dos pianos con dos músicas/escrituras… Ahora, algunos dicen, entre los papeles secretos y discretos de los grandes que no publicaron –quizás, guardados en Archivos y Centros Documentales…-, pero otros indican, también, que de los grandes se están haciendo las Obras Completas…

¡Y, ya han pasado y han pasado demasiadas lunas, y, salvo alguna excepción, esas grandes obras no se han cristalizado, o al menos, este modesto escribiente, siguiendo la opinión general, no ha visto renacer el ave fénix y feliz de sus cenizas…!

¡Ya, no sabemos si se han perdido o destruido, ya no sabemos si los herederos no se han atrevido a publicarlas, o, acaso no les hayan dado importancia, o, acaso sigan perdidas en los cajones, o, ya no sabemos si es que nunca existieron… y, nunca han podido volar…! ¿Usted que dice estimado lector y lectora, usted que cree puede estar sucediendo lo mismo ahora…?
Jesús Millán Muñoz

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