“Critica y filósofa de Arte: Marisol Salanova”, Jesús Millán Muñoz
Marisol Salanova, filósofa y crítica de arte, comisaría de arte, construyó un artículo titulado Un Miró decepcionante, publicado en la revista El Hype, el 28 de febrero del 2018.
Estoy diseñando una serie de artículos sobre columnistas que respiran en nuestra geografía y hoy, le ha tocado la bola de los dados a esta articulista, comentarista, filósofa, profesora universitaria, curadora de exposiciones, etc. He estado mirando-reflexionando sobre varios artículos que ha publicado, alguna entrevista ofrecida en el CENDEAC y otros materiales.
No me gusta juzgar, menos aún negativamente, tampoco me agrada adular, es decir, criticar positivamente. Por tanto, como modesto columnista, me sitúo en una posición muy difícil, difícil no ya con el público, hipotético lector, que pienso-siento es poco, pero pienso que por un lado se cazan más mosquitos con agua azucarada que con vinagre, pero por otro lado, como la espada-medalla bifronte de la realidad, existen elementos que hay que analizar-ponderar-valorar, e, indicar claramente sus obscuridades-negruras-grises-claroscuros…
Dicho lo anterior, hasta donde he leído de esta filósofa-pensadora-escritora-crítica-teórica del arte-directora de exposiciones, pienso que es bastante acertado, por ejemplo, en la temática de la defensa de la mujer en el arte, también en la defensa, diríamos de una perspectiva-dimensión multidisciplinar ante la vida-arte-cultura. Proyección y óptica, de la que yo, personalmente, he probado demasiado, y sé, por experiencia, que puede ser mental y cognoscitivamente, muy rica en significantes y significados, pero visto desde fuera-exterior, poderes reales-facturales-factuales ideológicos y materiales, es no ser aceptado por ninguna academia-grupo-colectivo, porque siempre, piensan-dicen, que no eres de lo suyos, sino del otro barrio-campo cultural.
Pero pienso que en el arte y Arte y Artes y artes, existe una fractura-dimensión-división-resquebrajamiento-duda-crisis-crítica-error muy metida en el interior-esencia. Como el magma encerrado de un enorme volcán, y que no se quiere dilucidar. Estoy de acuerdo con esta filósofa-crítica, cuándo indica, la situación de precariedad de los artistas, habla de los emergentes, a veces, olvidamos, de aquellos que llevan cuarenta años de actividad o más, literalmente, y, todavía son emergentes, emergentes pero ya en la tercera edad.
Pienso, me atrevería aconsejar a esta pensadora-crítica, que meditase-reflexionase sobre lo siguiente, quizás, podría ella perfeccionar esta sugerencia-idea, o negarla-criticarla-olvidarla. Personalmente, estoy de acuerdo con ella, en que el artista plástico, me temo, que en todos los campos sucede lo mismo, estamos en una situación similar, salvando distancias a los proletarios del siglo diecinueve.
Pienso, que la base de todo el problema, en parte se resolvería, no totalmente, pero podría ser la base-principio-fundamento, en crear centros documentales o archivos o directorios, ahora virtuales, por territorios o regiones o nacionales, en los cuales, con unas condiciones mínimas, se aceptase, fichas de todos los autores y autoras plásticas, sin selecciones previas, sin gastos para el artista, en los cuales, existiese una documentación con nombre y curriculum, algunas fotografías de sus obras, algunos textos escritos, y, enlaces a Internet.
Pienso, que este sistema, parecido al saber de la metodología científica, permitiría, como el botánico que al estudiar un campo ecológico, analiza y valora y describe todas las especies existentes vivas, relacionándolas con la tierra, geografía, clima, etc.
Pienso que este cambio sería esencial y radical. Todo autor o autora plástica, ´-puede ser aplicada a cualquier arte-, tendría un lugar oficial en el que existe su trabajo –organizado por una entidad pública, privada, fundación, museo, archivo, biblioteca, departamento universitario, iniciativa privada, etc.-. Solo este cambio sería una revolución cualitativa. El autor plástico, no necesariamente, tendría que llevar su dossier a mil galerías, presentarse a mil premios, enviar documentación a mil agentes culturales artísticos y a mil intermediarios del arte, en todos sus oficios –cosa que literalmente se hace, al cabo de las décadas-. Como es en la realidad, en docenas, cientos, miles de artistas, que están en sus estudios llorando, más que Larra, que en España escribir es llorar, también pintar-esculpir…
Ese directorio-diccionario-archivo-repositorio, sin ir en contra de los métodos actuales, podría ser la base esencial, para exposiciones antológicas, seleccionar autores, tendencias, para museos, para artículos culturales, para investigaciones doctorales, para mil razones y motivos. Sería imponer una mínima racionalidad y prudencia y eficiencia en el mundo del arte y de las artes. ¿Pero la pregunta, es, llevo cuatro décadas, sugiriendo esta idea, al principio, centros materiales y físico, ahora, virtuales, y porqué no se hace, una realidad que económicamente sería muy simple y sencilla y muy poco costosa? –Dicen que en teatro y en música, existen varias en este solar-sociedad-.
A Marisol Salanova, le tiendo este guante lleno de colores, esta sugerencia-idea-analice-conceptualice-perfeccione, y, si le parece bien, la difunda, quizás, con sus ojos-manos-pies-corazón-mente sea capaz de convencer a alguien, para que se materialice. El problema, es que me temo, que esta columna, nunca llegará a los ojos-neuronas de esta filósofa-columnista-crítica de arte, nunca sabrá que se ha escrito este modesto artículo. Paz y bien y racionalidad…
Jesús Millán Muñoz
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