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Expertos del CEU aportan claves y criterios de actuación frente al acoso escolar, en una campaña a nivel nacional

  • La profesora Loli Botía, profesora de Magisterio y experta en tratamiento contra el bullying desde edades tempranas, participa en la iniciativa “Cibervalientes contra el acoso” que ha lanzado la institución universitaria para la prevención de estas situaciones.

bullyingCon motivo de la celebración el próximo lunes 2 de mayo del Día Internacional contra el Acoso Escolar, la Fundación Universitaria San Pablo CEU ha puesto en marcha la campaña “Cibervalientes contra el acoso”, con el objetivo de generar debate, mover conciencias y ayudar a prevenir este tipo de situaciones en el entorno digital. Entre los expertos del CEU que han contribuido a luchar contra esta situación se encuentra Loli Botía, profesora de Magisterio en el CEU de Elche y experta en tratamiento contra el bullying desde edades tempranas, quien descifra las claves ante el acoso escolar y aporta diferentes criterios de actuación. Una situación por la que pasan miles de niños y niñas en colegios y que ha adquirido una dimensión internacional. Además, en este vídeo advierte sobre los riesgos del ciberacoso: https://www.youtube.com/watch?v=1iVQ6k6NLCU

  1. ¿De qué hablamos cuando decimos que “sufrimos bullying”?

Entendemos por bullying o acoso escolar la exposición que sufre un niño o una niña a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte de otro, o de un grupo de ellos, cuando está en el colegio. El acosador aprovecha un desequilibrio de poder que existe entre él y su víctima para conseguir un beneficio (material o no). Mientras, el acosado se siente indefenso y puede desarrollar una serie de trastornos psicológicos que afectan directamente a su salud o incluso, en situaciones extremas, conductas autodestructivas.

  1. ¿Quiénes participan en la dinámica de bullying?

Los protagonistas de una dinámica de acoso escolar son el agresor, la víctima y los observadores. Estos se convierten en parte fundamental en las situaciones de bullying. De estos últimos hay diferentes tipos:

Activos: Ayudan al agresor.

Pasivos: Refuerzan de modo indirecto al agresor (dando muestras de atención, sonriendo, asintiendo, etc…)

Prosociales: Ayudan a la víctima.

Observadores puros: Quienes no hacen nada, pero observan la situación.

  1. Formas que adopta el acoso escolar

Otra de las claves ante el acoso escolar radica en reconocer las diferentes formas que adopta:

  • Verbal (insultos, burlas, motes, rumores, calumnias,…)
  • Psicológica (amenazas encaminadas a conseguir distintos objetivos, obligar a hacer algo,…)
  • Física, tanto directa, contra el cuerpo (peleas,  “collejas”, empujones,…) como indirecta, contra la propiedad (roturas, robos o pequeños hurtos,…)
  • Social, que aíslan a la persona del grupo (impidiendo su participación, ignorándole,…

También se dan otras formas de maltrato:

  • De tipo racista, dirigido a las minorías étnicas o culturales.
  • De acoso sexual, que hacen que la víctima se sienta incómoda o humillada.

Y, en los últimos años, ha aumentado el acoso –anónimo e indirecto- a través del teléfono móvil o del correo electrónico.

  1. Diferenciar entre un mal trato o trato inadecuado, igualmente grave

Ciertamente, debemos estar atentos a cómo aprenden a relacionarse nuestros hijos e hijas, desde su más tierna infancia. Una de las claves ante el acoso escolar es ser conscientes de qué conductas no se deben tolerar bajo ningún concepto y en ningún ámbito:

  • Insultar como primera opción ante la frustración
  • Coger cosas que no son suyas
  • Burlarse de aquellos que son diferentes por la causa que sea
  • Molestar a otros sin ningún motivo
  • Excluir a otros
  • Golpear, romper objetos cuando están enfadados o faltar al respeto a sus padres o a alguna figura de autoridad.

Y, por el contrario, educar a nuestros hijos que si hay alguien que insulta, pega, se burla de ellos, les ignora, les grita, les rechaza o aísla… deben aprender a separarse, a irse. No se puede aceptar aquello de “era una broma, no te lo tomes así, si somos amigos”, etc. Hay actitudes que no se arreglan con un perdón, debido a que por salud mental debemos enseñarles a diferenciar el buen trato del trato inadecuado o mal trato, desde el primer día.

  1. Ciberbullying

Ciberbullying es un término que se utiliza para describir cuando un niño o adolescente es molestado, amenazado, acosado, humillado, avergonzado o abusado por otro niño o adolescente, a través de Internet o cualquier medio de comunicación como teléfonos móviles o tablets.

En realidad, el ciberbullying no es algo que ocurra una sola vez y además se presenta de distintas formas. Desde insultos, discriminación o burla sobre características físicas, forma de vestir, gustos, hacer pública información o fotografías que avergüenzan a la víctima, robo de identidad y suplantación, hasta amenazas de daño físico y otros cargos que pueden ser tipificados como delincuencia juvenil.

Algunas formas de ciberbullying son:

  • Acoso por mensajería instantánea (Whatsapp, instagram, tik-tok, etc);
  • Robo de contraseñas;
  • Publicaciones ofensivas en RR SS
  • Encuestas de popularidad para humillar o amedrentar.
  1. La clave: la prevención y la tolerancia 0 a cualquier conducta inadecuada

Si la prevención es una realidad en los centros escolares es porque socialmente hemos dado el paso en cambiar la idea que verbalizamos con la expresión “es cosa de niños”.

Esto es fundamental. Por ello es importante, dentro de las claves ante el acoso escolar, que los adultos dejemos de pensar que estas conductas son habituales entre los niños. Seguramente lo sean, pero debe dejar de ser “normal”. Para ello, debe haber un mensaje unívoco: tolerancia cero desde el minuto cero de cualquier conducta de trato inadecuado hacia el otro. Del mismo modo, tanto las familias como los centros educativos debemos implementar acciones que nos ayuden a erradicar estas conductas tan graves entre nuestros escolares.

Los centros deben formarse con respecto al bullying. Saber dónde ocurre el acoso escolar, quiénes son los niños con tendencia a ocupar el rol de posible víctima, de posible agresor. Conocer a los observadores, incentivar a los observadores prosociales, implementar programas de prevención de bullying en aula, en recreos y en comedores. Porque es importante que este mensaje unívoco les llegue.

No vamos a terminar con el conflicto porque éste es algo consustancial entre los seres humanos, pero sí podremos modificar cómo se gestionan los conflictos. Igualmente, las familias pueden colaborar no tolerando estas conductas ente sus hijos. Y empoderando y fomentando las conductas prosociales. Y algo no menos importante, trabajar en equipo junto con el centro educativo.


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