Volver al futuro, Robocop, Iron Man, Terminator; todas estas películas nos mostraron una época futurista en donde la tecnología dominaba los tiempos en los que vivimos hoy. De todos los avances vistos en estos títulos de ciencia ficción, la realidad virtual (o VR) era sin duda lo más impresionante.

En películas como Ghost in Shell y Ready Player One, el mundo futurista nos muestra a todas las personas llevando unos lentes especiales que lo sumergen en todo un universos de posibilidades recreadas con tecnología.

La vida cotidiana es absorbida por la realidad virtual, los deportes convencionales se transforman en una experiencia parecida a la que brinda el Nintendo Wii o el PlayStation Move, con movimientos que guían a los comandos virtuales de los avatares.

Y hasta entretenimientos como el casino se transformaron por completo en estas realidades virtuales. Desde donde fuera, cualquiera puede ponerse un gadget y conectarse para jugar en vivo con usuarios de todas partes del mundo. Sin cámaras ni chats activos, todos conectados con dispositivos que los llevan a compartir el mismo espacio digital y a verse tal y como son mientras juegan poker y ruleta o simplemente se pasean por el casino.

Pero lo que vimos en la gran pantalla no es lo que vemos en el día a día de hoy. ¿Qué pasó con la gran revolución del VR?

Expectativas cinematográficas

La gran pantalla, específicamente el género de ciencia ficción y las pelis futuristas, se encargaron de crear un mundo que no existe. Quizás mañana sí exista, pero no hoy.

Y es que la realidad virtual no es el único invento que no está tan avanzado como nos los muestra el cine. Los robots no son tan inteligentes, aún no existe la clonación y los coches voladores aún no son comerciales (aunque ya existen).

El mundo real aún está atrasado con esta tecnología. De hecho, el mundo real está atrasado en muchos aspectos. Hablar de una realidad virtual como la de la ficción es imposible si aún hay personas que no saben manipular un smartphone y que ni siquiera tienen acceso a agua potable.

La realidad virtual de hoy aún carece de mucha realidad. La resolución aún es pobre para lo esperado y el entorno es poco interactivo. Sin mencionar la gran limitante: no es económica.

Tecnología costosa

Como casi cualquier área de tecnología de punta, la realidad virtual es de hecho bastante costosa. Pero no hablamos de los dispositivos, sino de los procesadores de datos.

Los lentes o gafas de realidad virtual tienen precios bastante accesibles y muchos usos, como por ejemplo su reciente entrada en los hospitales. A pesar de sus limitaciones, son bien aprovechados.

Pero la realidad virtual de película está reservada para unos pocos campos como la arquitectura, un universo profesional con grandes computadores que recrean planos de edificación en realidad virtual. Herramientas profesionales como Revit prometen cambiar la arquitectura y el mundo en el mediano plazo.

Eso sí, a un alto costo por software y también por hardware; estamos hablando de miles de dólares. Este es el motivo por el cual no es muy comercial aún.

Sin embargo, tampoco lo eran los smartphones hace unos años y hoy la historia es otra. Más temprano que tarde de seguro que tendremos en nuestras manos y ante nuestros ojos esa realidad virtual palpable e interactiva que genio como Steven Spielberg visionó hace muchos años.