Conforme pasan las semanas y continúan los días movidos dentro del ambiente futbolístico del seleccionado español. Su recorrido empezó desde la destitución del director técnico Julen Lopetegui del combinado nacional debido a las negociaciones con el Real Madrid a espaldas de la Real Federación Española de Fútbol, según pudo comentar su actual presidente Luis Rubiales a solo dos días del debut del seleccionado ante Portugal por el Grupo B de la Copa Mundial de la FIFA.

Y es que la decisión del órgano máximo del fútbol hispano tomó a varios por sorpresa, generando debate, polémica y sobretodo críticas al principal miembro del RFEF por parte de sectores madridistas así como de medios de comunicación ligados al club, señalando la decisión como “inaceptable”, “ridícula” y “decepcionante”.

A pesar de esto, hubo sectores dentro del fútbol español que apoyaron la sentencia del órgano que los preside, argumentando que “las normas de la Federación van por encima de cualquier situación y contexto”. Lo único cierto es que la disputa interna del plantel y el nombramiento del director deportivo Fernando Hierro como nuevo técnico dieron como resultado una baja de las espectativas por parte de los aficionados al seleccionado español y su desempeño en la Copa, que en el desarrollo vino de más a menos, quedando fuera en penales ante el país anfitrión en los octavos de final de la edición.

Terminado su papel dentro de la edición, las reprimiendas solo consiguieron aumentar y, con la salida de Hierro de la RFEF, la situación se observó muy comprometedora para los dirigentes del conjunto hispano. Pasaron las semanas y los nombres de posibles candidatos empezaron a surgir para ocupar los puestos de director deportivo y director técnico. Por supuesto, para los aficionados y fanáticos de la nación, esto significaba elegir a un diestro capaz de encarar las críticas y superarlas, además generar un camino de victorias que desembocara en el futuro en un título internacional para la selección.

Y con este contexto cayó Luis Enrique. El técnico asturiano termina así su tiempo sabático después de dirigir con éxito al FC Barcelona y se decanta por el fútbol de selecciones, donde deberá defender los colores del país que lo vió nacer y formarse, disputando tres Mundiales y una Eurocopa además de ser medalla de oro en los olímpicos de Barcelona 92.

En su trayectoria como técnico ganador, Lucho consiguió nueve títulos en el FC Barcelona, su club donde fue jugador y logró el ansiado triplete en su primer año como gestionador culé, lo que lo llevó a obtener el mejor entrenador del año en el 2015 por la LFP además de ser considerado el mejor entrenador del mundo por la IFFHS.

Desde luego, su incorporación no detuvo las apreciaciones negativas por parte de un sector de la afición española, señalando al técnico como un inexperto y recalcando su falta de experiencia en la dirección de este tipo de torneos. No obstante, la RFEF ha dado el apoyo completo al ex Barcelona, que ya ha podido declarar a los medios y a pesar de las proximidades incómodas y prejuiciosas parece haber una completa calma por parte del RFEF, quien vela por el buen apañamiento de “Lucho” como la cara de La Roja por los próximos años.

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