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PRESUNTA ÁGUILA POMERANA INVERNANTE EN EL P.N. EL HONDO

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JANA MARCO TRESSERRAS

Desde el pasado 3 de diciembre se ha estado observando en el P.N. El Hondo un ejemplar de primer invierno de lo que parece ser un águila pomerana (Clanga pomarina).

Debido a que los ejemplares de Clanga sp. presentan una gran probabilidad de hibridación entre sí, Clanga clanga x Clanga pomarina, el ejemplar observado fue sometido a un riguroso análisis antes de concluir con su identificación.

DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIES Y PROBLEMÁTICA DE HIBRIDACIÓN

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JANA MARCO TRESSERRAS

Las águilas moteadas (Clanga clanga) y las águilas pomeranas (Clanga pomarina) son 2 especies que muestran una gran similitud, no solo en apariencia, sino también en preferencias de hábitat y ecología. Antiguamente formaban parte de la misma especie, y pese a que posteriormente fueron separadas en dos especies distintas, eso no ha impedido (obviamente) que sigan cruzándose entre sí, dando lugar a híbridos.

Por lo general, el águila pomerana, presenta unas preferencias más forestales, mientras que el águila moteada suele asociarse más a humedales, criando en zonas boscosas próximas a estos. Aun así, la tendencia negativa que están experimentando las poblaciones (sobre todo europeas) de águila moteada, provoca que en la zona de solapamiento de la distribución de ambas especies (poblaciones más occidentales) el número de parejas híbridas pueda incluso superar el número de parejas puras de águila moteada, por lo que hay que incrementar la prudencia y la exigencia a la hora de identificar correctamente los ejemplares de estas especies que cruzan en migración o incluso invernan en nuestro territorio. Por lógica, los ejemplares que toman esta ruta occidental, en vez de la ruta típica oriental por Europa del este, son ejemplares seguramente provenientes de estas poblaciones mixtas.

Otro dato más a tener en cuenta, que aumentó las reservas a la hora de identificar al ejemplar como un águila pomerana, fue el hecho de que las águilas pomeranas, a diferencia de las águilas moteadas, son conocidas migradoras de larga distancia, por lo que la presencia de un ejemplar puro invernante tan al norte, supondría posiblemente, la cita más septentrional de invernada de la especie en nuestro territorio, y por lo tanto una “anomalía” de la fenología típica de la especie.

HISTORIA DEL ENCUENTRO

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JANA MARCO TRESSERRAS

El ejemplar fue observado por primera vez el 3 de diciembre de 2016, en la estación de anillamiento científico de aves, situada en la puerta sur del P.N. El Hondo, por parte de Alex Alamán, Roque Belenguer, yo (Jana Marco) y resto de asistentes a la jornada. El ejemplar, al que por tamaño era fácil de confundir con un águila calzada, fue observado primero por Alex Alamán posado, quien dio la voz de alarma advirtiendo de que parecía un tipo de Clanga. Posteriormente, el ejemplar levantó vuelo y fue observado mientras cicleaba, por el resto de nosotros. Las características del plumaje, la estructura y la manera de volar del individuo, fue lo que nos condujo a identificarla como águila pomerana en primera instancia. Pero aquí viene lo divertido… el 24 de diciembre, mientras anillábamos de nuevo en el lugar, volvimos a observar un ejemplar prácticamente idéntico al que vimos casi 20 días antes.

La observación nuevamente de este ejemplar hizo que nos asaltaran las dudas, pues claramente se estaba quedando a pasar el invierno con nosotros. ¿Cómo podía ser que un águila pomerana estuviera invernando tan al norte? ¿Era realmente un águila pomerana o podía ser un híbrido? En cuyo caso la alteración de los patrones fenológicos tendría más sentido.

La cita no se tomó a la ligera y rápidamente Juanma Pérez García y yo nos pusimos en contacto vía email, con Urmas Sellis, de la Universidad de Ciencias de la Vida en Tartu, Estonia, quien tiene una amplia experiencia en el estudio de estas especies (moteadas y pomeranas) y sus híbridos. Urmas, forma parte, además, del grupo de investigación que marcó en nido, a la famosa águila moteada, Tõnn, la cual lleva desde 2008 pasando los inviernos en el Hondo.

Tras una sucesión de varias decenas de correos, intercambiando opiniones y fotos a medida que la íbamos observando en el parque natural, se llegó a la conclusión de que el ejemplar encajaba con el perfil de un águila pomerana de primer invierno. Conclusión que, no obstante, debe ser tomada con cautela, pues los mismos expertos aseguran que salvo que se realicen pruebas genéticas del ejemplar, nunca se podrá estar seguro al 100%.

CARACTERES QUE LLEVARON A SU IDENTIFICACIÓN COMO CLANGA POMARINA

A continuación, paso a detallar todas las características que llevaron a su identificación como un ejemplar de primer invierno de águila pomerana.

EJEMPLAR EN VUELO

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JANA MARCO TRESSERRAS

Presencia de 6 “dedos”. Es decir, tan solo las primeras 6 primarias más externas muestran una longitud mayor que el resto, mostrando una diferencia de longitud obvia entre la primaria 6 y la 7, la cual es mucho más corta. En el caso de las moteadas presentan 7 “dedos” en vez de 6.

Presencia de dos comas blancas bien definidas en la parte inferior del ala.

Plumas de vuelo de la misma generación, indicando que es un ejemplar juvenil. Esta característica es importante, pues el moteado blanco de las alas podría confundirse con una moteada de 3er año. Sin embargo, una moteada de tercer año mostrando ese patrón de coloración, nunca presentaría todas las plumas de vuelo de la misma generación, sino que observaríamos límites de mudas anteriores.

Silueta en vuelo esbelta y grácil, no tan “pesada” como el vuelo de una moteada. Puntas de las alas hacia arriba, en vez de la típica silueta en vuelo de la moteada, la cual comba las alas hacia abajo al volar. En este enlace se puede ver un video del  ejemplar en vuelo (Autor Daniel Musitu)

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JANA MARCO TRESSERRAS

Patrón del barreado de las segundarias y primarias más internas que cuadra con el patrón típico del águila pomerana, alejándose del típico del águila moteada. Ver artículo: https://www.researchgate.net/publication/262115655_Identification_of_juvenile_Greater_Spotted_Eagle_Lesser_Spotted_Eagle_and_hybrids

EJEMPLAR POSADO

Volviendo nuevamente al hecho de que el ejemplar presenta todas las plumas de vuelo de primera generación, el moteado del cuerpo y las alas, claramente no corresponde a un ejemplar de águila moteada de primer invierno, las cuales están realmente moteadas de blanco, con manchas muy grandes. Esta, en cambio, muestra un patrón de manchas pequeñas blancas y bien definidas, que cuadra con el patrón típico de la pomerana juvenil.

El pico, pese a ser grande, es bastante delgado y fino comparado con el pico de un águila moteada

Contraste entre tonos de marrón más claros y más oscuros, tanto por el manto y las alas del ejemplar posado, como por las partes inferiores del ejemplar en vuelo. En el caso de una moteada, por ejemplo, los individuos muestran tonos más oscuros y uniformes tanto en sus partes superiores como inferiores, no mostrando ese claro contraste que se observa en el ejemplar de las fotografías.

Calzas estrechas y poco abundantes, sin mostrar el moteado típico que mostraría una moteada juvenil.

Complexión relativamente pequeña, que de primeras ha llevado a ser confundida con una calzada por varios observadores.

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JANA MARCO TRESSERRAS

Una de las pocas características que se mostraron confusas al inicio, es la presencia o ausencia de una marca pálida en la base de la nuca. Claramente presente en ejemplares juveniles de pomeranas dibujados en las guías de campo. Este ejemplar, sin embargo, apenas muestras unas pocas plumas marrón pálido en la nuca. Ello hizo que la teoría del híbrido ganara fuerza. Sin embargo, al parecer, teniendo en cuenta el tiempo que hace que el ejemplar saltó del nido, esta característica deja de ser tan evidente en ejemplares juveniles, por lo que su clara presencia o no, no es tan determinante.

OBSERVACIONES

El ejemplar fue observado por primera vez el 3 de diciembre de 2016 por Alex Alamán, Roque Belenguer, Germán López y yo (y resto de asistentes al anillamiento). Posteriormente a dicha observación, no volvió a ser avistado de nuevo hasta 20 días más tarde, cuando nuevamente volvimos a encontrarlo en la misma zona el 24 de diciembre de 2016.

El 3 de enero de 2017, era observado posado en la lejanía por parte de Jacobo Ramos, Irene Arnaldos y yo nuevamente, volviéndolo a observar al día siguiente, el 4 de enero acompañada por Pablo Santonja, Germán López, Ivan Requena y compañía.

Finalmente, el ejemplar fue observado por última vez (hasta el momento), por Daniel Musitu Jorge Boronat, Edgar Bernat y Pablo Perales el día 8 de enero de 2017.

CONCLUSIÓN

Para ir concluyendo, comentar que el objetivo de esta entrada, no es otro que el dar a conocer la gran problemática existente hoy en día, en la correcta identificación de ejemplares de estas especies.

Lo que en un principio puede parecer relativamente simple, se complica al darnos cuenta que no solamente tratamos con ejemplares puros, sino además con ejemplares híbridos. ¡Y no solo eso! ¡Sino además también con híbridos de segunda y tercera generación! Es decir, los descendientes de parejas donde uno de los ejemplares puede ser puro y el otro híbrido (clanga x pomarina).

Por ello, pese a todo lo anterior descrito, y pese a que el ejemplar pueda parecer fenotípicamente (externamente) un águila pomerana, no se podrá asegurar de manera inequívoca salvo con la realización de análisis genéticos.

Actualmente, nosotros seguimos ahondando en el tema, enviándole de nuevo las fotos del ejemplar a otros pajareros españoles y europeos, que puedan arrojar más luz y compartir con nosotros su experiencia con la especie.

De todas maneras, como pajareros de campo, a algo tendremos que agarrarnos. Por ello, hasta nuevas eventualidades relacionadas con el tema, el ejemplar se quedará identificado como águila pomerana de primer invierno. Si sigue con nosotros el resto de la estación, podría convertirse en una de las primeras águilas pomeranas invernantes en este espacio natural, que ya alberga este año un total de 4 águilas moteadas (3 adultas incluyendo a Tõnn y un 3er invierno). Para más información, no os perdáis el próximo número de febrero de 2017 de la revista Quercus, donde publicaremos un resumen sobre la invernada de estas grandes rapaces en el P.N del Hondo.

 

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: JANA MARCO TRESSERRAS

Fuente y fotos : AHSA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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